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La reforma monetaria y territorial

desde la perspectiva europea y global

 

Werner Onken  -  Trad.: Barbara Rossmeissl

 

 

A continuación del reformador social francés Pierre Proudhon y del reformador estadounidense Henry George, en las primeras décadas del siglo 20 Silvio Gesell desarrolló el concepto económico-político de una reforma monetaria y territorial. A semejanza del socialismo liberal de Franz Oppenheimer, la reforma territorial de Adolf Damaschke o del socialismo libertinario de Gustav Landauer y Martín Buber, Gesell entendió este concepto como una alternativa tanto al capitalismo como al comunismo. Su objetivo era una “economía de mercado sin capitalismo”, es decir una economía de mercado sin privilegios o monopolios, en la cual el dinero y el territorio con sus recursos sean bienes comunes, de las cuales todos los seres humanos puedan disponer a condiciones iguales.

   Durante las décadas de la confrontación Este-Oeste los adeptos de Gesell perfeccionaron la reforma monetaria y territorial a la llamada “Tercera Vía”. Desde que el capitalismo en otoño de 1989 ganó la competencia entre los sistemas económicos entienden este concepto como una alternativa a la expansión acelerada del neoliberalismo en el mundo. Con el fondo de la globalización y la unificación europea que se lleva a cabo al mismo tiempo, vamos a dibujar las perspectivas europeas y globales de la reforma monetaria y territorial que pueden seguir siendo desarrolladas. Vamos a  concentrarnos primero en las lineas sistemo-políticas y todavía no en detalles teóricos.

 

El cosmopólita Silvio Gesell

 

Silvio Gesell, hijo de una madre valaisiana y de un padre prussiano, creció en la región Eupen-Malmedy, donde se tocan los idiomas y las culturas romanas y germanicas. En su casa que mantenía tanto las tradiciones católicas como las protestantes, se hablaba alemán y francés, hecho que llevó a Gesell desear ya muy pronto la reconciliación entre Alemania y Francia. Despues de vivir en Berlin, Málaga (España) y Hamburgo Gesell emigró a la Argentina en 1887. Siendo comerciante estableció un negocio con articulos dentistas en Buenos Aires. Sus experiencias en el extranjero le enseñaron muy pronto considerar el individualismo, cosmopolitismo y el rechazo de fronteras como parte de un “ser humano civilizado”.[1]

   En 1899 volvió a Europa, primero a Alemania y luego a Suiza. Con interupción de varias estadías largas en Argentina vivía en la Suiza francófona y cerca de Potsdam y Oranienburg en Alemania. Con sus publicaciones en alemán pero también en español quería crear las condiciones económicas necesarias para que los seres humanos de todo el mundo pudieran ser una sola “familia humana”[2] manteniendo a la vez sus respectivos idiomas, religiones y culturas en libertad, justicia y paz.

 

La reforma monetaria – de la perspectiva nacional a la global

 

En su primero folleto publicado en Buenos Aires en 1891 Gesell describió que la “moneda oxidante” sería la medida adecuada para reformar el sistema  monetario en un país. Se imaginaba que al convertir el peso argentino o del marco alemán en dinero oxidante llevaría la demanda y la oferta de dinero y capital a un equilibrio estable a largo plazo. Como consecuencia de ese equilibrio disminuyería el nivel de interés hasta acercarse a cero. De esa manera el dinero perdería su poder estructural sobre el ser humano y sobre los mercados y ya no podría llevar a la distribución injusta de ingresos y bienes. Además, la regulación exacta de la cantidad del dinero en circulación y la circulación garantizada por la oxidación harían posible la estabilización del poder adquisitivo de las monedas como peso, dolar o rublo.

   Mediante esta reforma monetaria Gesell veía el camino hacia un “estado social” en el cual los ingresos y bienes sean distribuidos de manera justa. En vez de la acumulación jerárquica de capital real y monetario y en vez del proletariado privado de medios de producción habría una sociedad burguesa de libres e iguales, en la cual ciudadanos económicamente independientes producirían con tiempo laboral flexible y vendrían sus productos en mercados sin monopolios.[3]

   Despues de su mudanza a Suiza Gesell publicó desde 1902 la revista “La reforma monetaria”, en la cual por primera vez surgió el pensamiento de que el interés y la remuneración salarial son magnitudes internacionales debido a las interdependencias económicas mundiales. Por tanto, la disminución del interés hacia cero a beneficio del producto laboral entero solamente sería posible si la reforma monetaria se llevase a cabo en varios o muchos países.[4]

 

La reforma territorial: la tierra como bien común de todos

 

Mientras, Gesell también se había ocupado de la teoría de Henry George que proponía poner impuestos al valor de la tierra a favor de la colectividad. De George aprendió que no sólo el interés del dinero sino también la renta territorial privada causaría injusticia social al impedir que el acceso a un bien esencial sea igual para todos. En lugar del “Single tax” de Henry George, Gesell propuso una reforma territorial en la cual todo el territorio de un país sea convertido en propiedad común después del pago de una indemnización a los proprietarios. Este territorio común podría ser utilizado para objectivos privados de vivienda y trabajo tras pagar una tasa a la colectividad.[5]

   Gesell advertía muy temprano la dimensión internacional del problema territorial y empezó a incluir en sus cálculos no sólo los territorios de cada país sino también todos los recursos del mundo. Tenía la idea revolucionaria de destinar las rentas de los recursos naturales a inversiones ecológicas mundiales, pero dejó ese concepto para que las generaciones siguientes se ocupasen de ello.[6] Su prioridad era crear el acceso igualitario de la gente a los territorios dentro de cada país – cabe mencionar que Gesell no diferenciaba de la proveniencia de los habitantes de un país y incluía los extranjeros – y luego utilizar los ingresos públicos del arrendamiento de la tierra para la seguridad social de madres e infantes, los extranjeros incluidos. “Ante el globo todos los seres humanos deben ser iguales – sin diferencia de raza, religión, educación y estado físico. ... Somos todos habitantes de esta tierra. ... Ninguna madre, no importa de donde sea, puede ser excluida de esta renta territorial.”[7]

 

El orden monetario internacional

 

Durante su segunda estadía en Argentina (1907 – 1911) Gesell desarrolló las primeras ideas de un orden monetario internacional. Además de la estabilicación del mercado interior procuraba también la estabilización de los tipos de cambio entre las diferentes monedas nacionales, para proteger el comercio internacional de la especulación financiera y de crisis. Para lograr eso, en 1909 Gesell propuso al gobierno argentino y al banco nacional de convocar a todos los países a una primera conferencia monetaria internacional a Buenos Aires. En un “acto coordinado de hermandad internacional” se deberían crear reglas de política monetaria para el “organismo internacional” de la economía mundial.[8]

 

Ideas de política europea durante la Primera Guerra Mundial

 

Bajo las impresiones de la Primera Guerra Mundial en 1916 Gesell esbozó su idea de una “Central Mundial VIER” (Weltkraftzentrale VIER; Vier = Cuatro) – una unión de países de europa continental que manteniendo su soberanía formarían un bloque económico para establecer un cuarto poder en la política mundial al lado de EEUU, Inglaterra y Rusia. Sus miembros deberían

1.     estabilizar sus monedas respectivas de manera que los tipos de cambios entre ellos se estabilicen;

2.     en el marco de los derechos ciudadanos proteger los recursos naturales de abuso por parte de privados o del Estado

3.     sobre la base de este “verdadero comercio libre” sin la existencia de monopolios renunciar a cualquier tarifa aduanera. Gesell veía la unión aduanera europea como un “error que establece muros artificiales hacia los otros poderes y complica bastante la fusión natural.”[9]

 

   La “central mundial VIER” no se debería identificar por las características culturales, históricas o rasistas de sus  miembros. Se debería unir solamente sobre la base de un “puro materialismo” del interés en los beneficios de la unión económica.[10] A ese bloque se podrían unir “los países que quieran, también exóticos, negros y amarillos.” El ingreso a VIER tanto como el abandono deberían ser voluntarios. Como medio de comunicación debería fungir un “idioma artificial libre de características rasistas, étnicas, históricas o geográficas, como por ejemplo el Esperanto”[11]

 

El entendimiento entre los pueblos después de la Primera Guerra Mundial

 

Gesell consideraba la historia alemana como su “vergüenza personal” al estar llena de siglos de feudalismo y ambiciones sangrientas de convertirse en una gran potencia. La Primera Guerra Mundial que empezó con el ataque alemán a la “pacífica Belgica”, era para él una “guerra nationalista y criminal” y por tanto el “acontecimiento más terrible de la historia mundial”.[12]

   Después del final de la Guerra Gesell exigió el fin de la “ilusión nacionalista”. Alemania debería pagar las reparaciones exigidas por los poderes ganadores y debería renunciar a cualquier pretensión territorial para lograr la reconciliación con Francia, Polonia y Chequia.[13]

   Para lograr una paz interna estable que también sea trasferida a los países vecinos, Alemania debería ver que las guerras son “infantes legítimos de nuestras proprias condiciones sociales”. El país debería superar primero los privilégios en cuanto a la posesión territorial y monetaria que llevaban a injusticia y conflictos, y de esa manera dar al mundo el ejemplo de una sincera política pacífica luego de la catástrofe de la Primera Guerra Mundial. “La guerra entre los pueblos es el resultado de la clasificación del pueblo en diferentes clases sociales, de la lucha de estas clases y de la guerra civil económica. ... Quien quiere la paz entre los pueblos, ha de saber que esa solamente se puede obtener del altár de la paz civil. La paz civil es el germen de la paz entre los pueblos.”[14]

   Luego de la reforma monetaria y territorial y de la abolición de las tárifas aduaneras, las fronteras nacionales perderían su caracter de ser líneas de división. Las fronteras quedarían como meros instrumentos administrativos, como las fronteras entre los cantones de Suiza. Ya no impedirían a los pueblos limítrofes de unirse economica- y familiarmente manteniendo sus idiosincrásias lingüísticas y culturales.[15]

   Como medida de apaciguar los conflictos por los recursos naturales sobre todo en zonas fronterizas, después de la Primera Guerra Mundial Gesell retomó su idea de internacionalizar los recursos. La soberania nacional sobre los recursos naturales eran para él una causa principal de guerra. Por eso, para aliviar el conflicto entre Alemania y Polonia, recomendó convertir las existencias de carbón en Silesia Alta en “carbón libre” que sea administrado a nivel internacional. Ante la expansión del tráfico moderno preveía también qué importancia tendría la internacionalización del petróleo y de otros recursos naturales para asegurar la paz mundial. Sin embargo, no hizo todavía propuestas concretas para una administración internacional de los recursos naturales mundiales como bienes comunes.[16]

 

Más allá de Alemania y Europa: el concepto de una Asociación Internacional de Monedas (1920)

 

En 1920 Gesell se concentró primero en desarrollar su idea del año 1909 acerca de un orden monetario internacional. Tomando el ejemplo de la Unión Monetaria Latina los países del mundo podrían crear una “Asociación Internacional de Monedas” (Internationale Valuta Assoziation IVA) con sede en la neutral Suiza. Recibiendo letras de cambio de los países miembros, la asociación les haría disponible dinero IVA como medio de pago internacional hasta un máximo del 20% del circulante nacional respectivo. Este dinero internacional tendría un tipo de cambio fijo con las monedas nacionales reformadas y circularía paralelamente a ellas. En el caso de entradas o salidas extremas del dinero IVA de un país la asociación debería reaccionar canjeando las letras de cambio y imponiendo un interés de multa.[17]

   Resumiendo, Gesell consideraba a la Tierra como “patria de todos los seres humanos en el cosmo ... que nunca podría ser mirada sólo desde el punto de vista nacional.” Ella sería para cada uno un “miembro anatómico de la personalidad humana”. La Tierra sería un gran organismo económico unitario y indivisible” y pertenecería a todos como “propiedad imposible de vender. ... A los negros, los rojos, los amarillos, los blancos – la Tierra es de todos sin exepción. ... Cada uno, no importa de qué país proviene, tiene el mismo derecho al carbón inglés, al crudo americano y a la sal potásica alemana.”[18]

   Gesell consideraba una “idea enferma” la idea de una “región económica nacional cerrada y destinada a expandir a través de colonias y conquistas” para lograr autarquía.[19] En vez de eso todos los países ultramares deberían ser independientes de las potencias coloniales política y económicamente y competir libremente en los mercados mundiales post-capitalistas sin monopolios o tarifas aduaneras. Entonces, el sistema de mercados locales, regionales, nacionales e internacionales ya no sería mal dirigido por intereses capitalistas, sino – respectando los costes reales de transporte – determinado únicamente por las necesidades humanas. A consecuencia de un nivel de interés internacional tendiendo a cero, el intercambio de bienes y servicios sería manejado por precios justos, lo que podría equilibrar a largo plazo los mercados mundiales hasta entonces perturbados por intereses de poder.

 

La absurda unificación de Europa

 

Mientras Gesell después de la guerra dejó su idea de la Central Mundial VIER de Europa continental y aspiró al comercio mundial sin monopolios, Richard Coudenhove-Kalergi (1894-1972) desarrolló desde los años 1920 una “unión paneuropea” que es considerada como el primero movimiento de unificación europea. Parecido a la Central Mundial VIER Coudenhove-Kalergi se imaginaba una unión de estados de Europa continental sin Inglaterra y Rusia. La Unión Paneuropea sin embargo no aspiraba a la reforma monetaria o territorial para la paz interior de los países europeos. Más bien se imaginaba una unión de estados europeos con moneda común que sea gobernado de forma común para ser un contrapuesto económico a EE.UU. y al imperio británico y un baluarte militar al comunismo ruso.[20]

   Sobre estos planes Gesell advertía que si bien Europa se uniera, de se convirtiera esa manera en una región económica excluída del resto del mundo por sus tarifas aduaneras. “No nos hagamos ilusiones, una unión aduanera europea significa un estado europeo cerrado. ... Las fronteras aduaneras de los países europeos antes eran la causa de la guerra europea. Y de la misma manera las fronteras de la unión aduanera europea van a crear los intereses y emociones que nos van a llevar a la guerra mundial contra la unión aduanera panamericana y panasiatica. ... Quien realmente quiere la paz, ha de rechazar la formula paneuropea y exigir la abolición de todas las fronteras aduaneras y apostar al comercio mundial.”[21]

 

De la Asociación Internacional de Monedas geselliana al „Bancor de Keynes

 

Después de haber reconocido la dimensión internacional de la reforma monetaria y territorial, Gesell enfocó la economía mundial. Su idea del comercio libre se diferenciaba fundamentalmente del modelo neoliberal contemporáneo de comercio libre que en realidad no es un comercio libre sobre la base de un orden territorial y monetario justo y sustentable, sino un capitalismo cruel con el dominio ilimitado de los mercados financieros y de los consorcios sobre los humanos y la naturaleza. A diferencia de eso, Gesell se imaginaba la Tierra habitada de manera igualitaria por pueblos y sociedades que se asociaran en la Asociación Internacional de Monedas como red justa y equitativa. Por supuesto, las ideas de Gesell todavía carecían conciencia ecológica que en su tiempo aun no estaba desarrollada. Sin embargo, sus ideas acerca del territorio y de los recursos naturales como bien común de todos que no se puede vender, implican también la dimensión ecológica.

   Gesell mantuvo la dimensión europea en sus ideas solamente durante la Primera Guerra Mundial cuando pensaba crear la Central Muncial VIER como contrapuesto a las grandes potencias EE.UU., Inglaterra y Rusia – pero no como otra gran potencia capitalista-militar, sino como un área basada en la justicia en vez del poder y abierta a una asociación federal de todos los países del mundo que se conviertasen en una economía de mercado postcapitalista. La explícita advertencia de que todos los países miembros deberían respectar los derechos humanos implica que tal asociación no solo tendría ventajas económicas sino también necesitaría valores comunes como factor importante de integración. (A largo plazo VIER también hubiese estado abierto a Inglaterra, EE.UU. y Rusia, siempre y cuando estos países  hubiesen convertido sus modelos económicos del capitalismo o comunismo en una “economía de mercado sin capitalismo”.) Una mera unión aduanera europea solamente trasladaría los problemas de imperialismo y guerra del nivel nacional al nivel continental.

   Con respecto a la Sociedad de Naciones fundada en los años 1920 Gesell tenía cierto escepticismo porque sus miembros no reformaron las estructuras capitalistas del derecho territorial y del sistema monetario. “Estos explosivos sociales que ya destruyeron los estados antiguos, también van a acabar con nuestra cultura si no nos liberamos de ellos a tiempo. ... La Sociedad de Naciones es o un área de libre comercio o un tontorrón”, que va a a fracasar por la acuciante polarización social. Si bien la historia mostró que Gesell tenía razón, su conclusión de menospreciar el derecho internacional como una “paz existente solamente en el papel”, era equivocada, pues también un derecho internacional incompleto es esencial para regular el comportamiento de estados capitalistas en el caso de guerras o guerras civiles. Por tanto hubiese sido mejor ampliar el derecho internacional e incluir en ello el derecho de cada uno al acceso justo a la tierra y sus recursos e incluir también el derecho al intercambio justo de productos. Con eso se fortalecería el derecho humano e internacional en general. En ese sentido Gesell al final de su vida pensó en una alianza organizacional de la Asociación Internacional de Monedas con la Sociedad de Naciones.[22]

   Su concepto de la Asociación Internacional de Monedas era practicamente el precursor del plan “Bancor” de John Maynard Keynes (1943) que posíblemente se trataba también en el grupo opositario a Hitler “Kreisauer Kreis” (círculo de Kreisau). El Kreisauer Kreis también tenía la idea de que un comercio mundial libre y justo podría unir a los pueblos y asegurar la paz. Estaban influídos por el economista Walter Eucken y se oponían a los planes nacionalsocialistas de un ámbito europeo de economía y abogaron por el restablecimiento del comercio mundial abierto.[23]

   En su “Allgemeine Theorie” (teoría general) (1935) Keynes aprobó la idea geselliana del dinero oxidante. durante la Segunda Guerra Mundial incluyó esta idea de una tasa a la retención del dinero en su concepto de una “International Clearing Union” (ICU). La diferencia al modelo de Gesell consistía en que este banco mundial centralizado ya no compensaría el desequilibrio del comercio mundial con dinero internacional, sino con un sistema de compensación. Todos los países miembros tendrían una cuenta en la ICU en la cual transferencias internacionales se abonarían en “Bancor”. Keynes quería imponer una tasa de multa progresiva no solamente a las cuentas de los países endeudados, sino también a las de los países acreedores para obligar a ambos a equilibrar sus cuentas. En la conferencia de Bretton Woods (1944) su plan Bancor no se pudo imponer al plan White de EE.UU. Con el plan White, el dolar ee.uu. fue convertido en el dinero patrón internacional y con el FMI, Banco Mundial y GATT fueron creadas las instituciones que a través de capitalismo y colonialismo consolidaron la división del mundo en una jerarquía de cuatro mundos (Senghaas).[24]

 

Después de la Segunda Guerra Mundial – Europa hacia donde?

 

Como después de 1945 resucitó la economía de mercado capitalista con sus privilegios de la propiedad territorial, monetaria y de bienes, el proceso de la integración europea pudo empezar solamente sobre la base de un desequilibrio social producido por mercados bajo el poder de monopolios. De esa manera la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) fundada en 1951 era seguramente un paso importante para la reconciliación franco-alemana, pero solamente facilitó un mercado común de libre comercio con carbón y acero. Todavía no se caracterizó por la administración común de recursos orientada a la reforma territorial. Al contrario, la Comunidad era, como la Comunidad Económica Europea (CEE), un mero instrumento para promover el crecimiento industrial. El mercado común de los países miembros de la CEE se caracterizó por una distribución desequilibrada y desformaciones monopolistas a causa del poder estructural del dinero. Y el conflicto no solucionado entre el trabajo humano y el capital fue aliviado a través del crecimiento industrial a costo de la naturaleza. Para reaccionar a la creciente dependencia de las importaciones de crudo y gaz natural provenientes de otras partes del mundo, en 1957 fue creada la Comunidad Europea de la Energía Atómica (Euratom) para establecer una fuerte industria nuclear asegurando de esa manera el crecimiento y la riqueza de los países de la CEE. A su vez, la política agraria común debía garantizar la alimentación, industrializando al sector agropecuaro que no podía competir con la industria, y protegiendolo de la quiebra total con subsidios y tarifas aduaneras.

Por un lado los fieles de Gesell estaban a favor del proceso de la integración europea que se iniciaba en el Oeste. Veían en él una oportunidad para lograr la reconciliación y la paz en Europa después de siglos de guerra. Por otro lado, temían que la integración europea terminase en una burocracia supranacional y apenas controlable democráticamente a causa de las estructuras sociales injustas y por tanto inestables dentro de los países miembros. “La Europa unida no puede ser un Supra-Estado, sino solamente una federación europea, como el ejemplo de la Confederación Helvética. El objetivo no es el Estado Único sino la variedad dentro de unión.”[25]

   Ante el agudizante conflicto Este-Oeste los Gesellianos representaban una posición de activa neutralidad. Alemania debería aliviar la polarización social sin relaciones extrechas militares ni con el bloque capitalista ni con el comunista, sino a través de una reforma territorial y monetaria. De esa manera debería darle al mundo y sobre todo a los países neutrales un ejemplo de una política pacifista orientada a la reconciliación de los pueblos. Esta actitud contenía también el rechazo a la obtención de energía a través de la fisión nuclear.[26]

   En lugar de la integración de Alemania en un bloque de Europa Occidental, sobre todo Herbert K.R. Müller abogaba por una integración universal de la economía mundial entera. El acceso justo al territorio y a los recursos tanto como condiciones justas de intercambio deberían crear la base para el comercio mundial abierto sin proteccionismo nacional. Con respecto a eso, Müller pedía al Oeste capitalista de liberar los países latinoamericanos, africanos y asiáticos de sus dependencias coloniales. A través de reformas territoriales debería darles la oportunidad para desarrollarse de manera autónoma sin la ayuda para el desarrollo del Oeste que estaba manejada por el interés egoista del Oeste. [27]

   En cuanto a la integración europea Elimar Rosenbohm advirtió en los años 60 nuevamente de un “nacionalismo europeo que se desarrollase inconcientemente como contrapuesto al nacionalismo americano, ruso o chino. Sería eso un progreso en comparación al nacionalismo alemán o francés? Nacionalismo significa fronteras, significa separación del resto del mundo. Es conocido, que la CEE fue creada como contrapuesto económico a otros bloques económicos”. Ante las llamadas guerras de gallinas, huevos y carne de la CEE con los EE.UU. y otros países Rosenbohm proponía una política europea federalista-democrática en vez de una política supranacional-centralista.[28]

   También Karl Walter consideraba la integración europea una gran idea. Pero veía en la burocracia europea la repetición de lo negativo del orden autocrático anterior. Consideraba la economía de mercado libre de la CEE una “reedición atrasada del estado de comercio cerrado de Johann Gottlieb Fichte. Y las regulaciones aduaneras de la CEE no se difieren a lo que se hizo con la creación de la Unión Aduanera Alemana (Deutscher Zollverein) del año 1833 en un ámbito más pequeño. Por tanto, la economía de mercado de la CEE no es un sistema abierto al mundo. Los problemos ya conocidos de la política aduanera solamente fueron trasladados a las fronteras de la Comunidad.”[29]

   En cuanto a la política monetaria, Walker se fundaba en el IVA de Gesell y en el plan Bancor de Keynes y desarrollaba un programa de diez puntos para una moneda europea que debería circular paralelamente a las monedas nacionales. Sobre la idea de una sola moneda europea Walker advertía que iba a llevar a la creación de un bloque de poder europeo que iba a entrar en competencia con otros bloques de poder.[30]

   Poco tiempo antes del cambio en Europa Central y Oriental Roland Geitmann relacionaba la idea de la reforma territorial y monetaria con tradiciones culturales centroeuropeas y le atribuyó la función como puente entre Oeste y Este.[31] Como después del final de la confrontación Este-Oeste se produjo un nuevo conflicto entre el Oeste “civilizado” y el mundo arabe, es aún más urgente que Europa cumpla con esta función. Pero en vez de ser un motor para la paz, Europa siguió desde los años 1990 el camino hacia un poder económico mundial, poder que en contradicción a la esperanza de la unificación europea en paz y libertad se está militarizando cada vez más.

   Dirk Löhr criticó al mercado interno europeo no desde el punto de vista conservador-nacionalista sino de un punto de vista liberal. Vio en el un paso hacia una política erronea de creación de un bloque supranacional y de separación del resto del mundo.[32] Por la misma causa Löhr y Thomas Betz en 1998 rechazaron la introducción del Euro – favoreciendo también la demanda contra el Euro presentada por Schachtschneider, Nölling, Starbatty y Hankel ante el Tribunal Constitucional Federal – mientras Eckhard Behrens esperaba más ventajas que desventajas de la introducción del Euro.[33]

   Las constantes infracciones de Alemania y Francia contra el pacto de estabilidad europeo dejan surgir dudas sobre la factibilidad económica del Euro. Günter Hannich opina que solamente monedas nacionales pueden lograr la estabilización económica. Por tanto, el final del Euro ya es practicamente un hecho.[34]

   En la revista de Hannich “Humanwirtschaft” (Economía Humana) se rechaza por completo el objectivo de la integración europea, debido a la supuesta separación natural de los pueblos individuales. Hannich dice que Europa para la mayoría de los paises es solamente atractiva por la ayuda financiera que reciben de Alemania.[35] En lugar de estos resentimientos nacionalistas de Hannich, para evaluar la integración europea y el euro, se debería orientar solamente en el rendimiento económico y el rol en el orden mundial de poder.

·                   Las infracciones contra el pacto de estabilidad europeo cometidas por varios países ponen en peligro el poder adquisitivo del euro tanto como pondrían en peligro la del franco, del marco alemán o de la dracma. Con la introducción del euro no hubo cambios en las estructuras básicas de poder del dinero. Lo único que cambió es la ampliación del espacio geográfico monetario, por el cual también aumentó la distancia entre la población y los entes responsables por las decisiones de política monetaria. Para movimientos de reforma monetaria, por lo tanto, ahora es más dificil lograr la importancia crítica y democráticamente legitimada. Actualmente, una reacción a esta tendencia consiste en la expansión de varios dineros regionales que posiblemente contribuirán a un cambio de conciencia, si estas monedas regionales (a diferencia de la mayoría de las redes de trueque) realmente practican la oxidación del dinero.[36] Además, la apariencia de un marco alemán regional indica el peligro de que la idea de los dineros regionales pudiese ser abusada con objetivos nacionalistas contradiciendo de esa manera a su caracter de complemento al Euro. Tras la reunificación alemana y la presencia del euro como realidad cotidiana, ya no se debería apuntar a volver a las monedas nacionales de antes, sino tratar de reformar el euro para asegurar un futuro pacífico de Europa. La reforma monetaria se debería efectuar de manera del dinero oxidante. Según Marvin Goodfriend del banco emisor americano la oxidación se podría realizar con bandas magnéticas en los billetes.[37]

   De esa manera se podrían mejorar las perspectivas de lograr la estabilidad del nivel de los precios, norma dada al Banco Central Europeo en los articulos 29.2 y III/77.1 de la Constitución Europea. Además, en combinación con medidas de aliviar la deuda de los países en desarrollo tanto como el impuesto Tobin, podría crear las condiciónes económicas para lograr más paz social y actividades económicas más ecológicas y sustentables en Europa y en el mundo.

·                   En el borrador de la futura Constitución Europea predomina hasta ahora la tendencia a la expansión continua de la UE hacia una fortaleza militar (art. 40) sobre la tendencia de convertir la UE en un poder pacífico a través del fortalecimiento de la paz social y el desmoronamiento de las aduanas. Así, la UE podría cumplir con su función de mediador entre los EE.UU. y el Tercer Mundo. Si bien el borrador de la Constitución Europea contiene el objetivo de fomentar la justicia social (art. 3.3), todavía no existe el mercado interno con competencia libre asegurado en art. 3.2. En el marco de la garantización del movimiento libre de personas, bienes, servicios y capital (art. 4.1) no sólo está permito el flujo ilimitado de capital, sino también la acumulación constante. De esa manera la competencia está dominada más y más por la concentración de capitales en monopolios y oligopolios. La posesión de medios de producción está insuficientemente ligada a lo social, pero a la vez se espera de la mano de obra de adaptarse a las “necesidades del cambio económico” (art. II, 15,1 y III,97).[38]

 

Objetivo lejano: la administración global de los recursos y la integración monetaria bajo el techo de las Naciones Unidas

 

En el caso del continuo desarrollo social, ecológico y democrático de la Constitución Europea, sobre la base de un euro reformado también sería posible más adelante la integración global de dolar, libra, euro, franco suizo yen y otros dineros en una red al estilo del plan Bancor. Esta mejor se realizaría paralelamente a la creación de una administración global de los recursos bajo el techo de las Naciones Unidas.  De esa manera la actividad económica podría aliviar la diferencia entre el Norte y el Sur y entrar en un equilibrio global entre Norte y Sur tanto como entre Oeste y Este.

   A finales de los años 1990 aparentemente se discutió el plan Bancor de Keynes en Naciones Unidas: “Keynes quería que la carga del cambio estructural se compartiese entre los países con superavit comercial y los países con déficit. Él imaginaba incluso un interés de multa del 1% mensual en el caso de superavits extremadamente altos.”[39] Si bien a eso no se sumó una discusión en público y a pesar de que el camino hacia la administración global de recursos todavía está lejos[40], sería tiempo para el movimiento de reforma monetaria y territorial de dedicarse más a las Naciones Unidas y aportar sus ideas de reforma a la discusión sobre “Global Public Goods”.[41] Una moneda global como la llamada “Terra” propuesta por Bernard Lietaer tiene dos principales desventajas: Si bien Terra también tendría un coste a la retención – Lietaer lo llama (costes de sustentabilidad; Nachhaltigkeitsgebühren) – Lietaer quiere basar Terra sobre una canasta de recursos y introducirla a través de empresas multinacionales.[42]

   En las discusiones sobre un diálogo de culturas, ética mundial y gobernabilidad global falta hasta ahora la idea de otorgarles a las Naciones Unidas la administración global de los recursos y la integración global de los dineros. Pero podría ser un elemento de la “arquitectura concreta de un mundo más o menos homógeno”[43] y de un futuro orden mundial.  Al asumir esas responsabilidades económicas, la ONU podría elevar considerablemente su importancia a largo plazo. De esa manera se podrían prevenir conflictos y la ONU ya no tendría la tarea ingrata de confrontar los constantes conflictos generados en América Latina, África y Asia por causa del modelo neoliberal de la globalización.

 

 



[1] “La cuestión monetária argentina”(1892), en: Gesammelte Werke tomo 2, p. 222

[2] “El orden económico natural por Libretierra y Libremoneda” (1916/20), en: Gesammelte Werke tomo 11, p. 225

[3] „Die Reformation im Münzwesen als Brücke zum sozialen Staat“ (La reformación del sistema monetario como puente hacia el estado social) (1891), en: tomo1, p. 61-62 (sozialer Staat)

[4] „Eine neue Orientierung auf dem Gebiet der sozialen Frage“ (Una nueva orientación en el área de la cuestión social), en: tomo 3, p. 141

[5] Como nota 3 y „Das Recht auf den vollen Arbeitsertrag durch die Geld- und Bodenreform (1904), en: tomo4, p. 45-87

[6] „Das Recht auf den vollen Arbeitsertrag durch die Geld- und Bodenreform“ (El derecho al rendimiento productivo completo a traves de la reforma monetaria y territorial), en: tomo 4, p. 78-79

[7] Tomo 11, p. 72

[8] „La pletora monetaria 1909 y la anemia monetaria de 1898” (1909), traducción alemana en: tomo 5, p. 178-248, aqui: p. 235-245. Ya en 1898 Gesell estaba impresionado de la unión mundial de correo y de la Cruz Roja International.; vease tomo 2, p. 222

[9] „Die Weltkraftzentrale VIER und ihre Verfassung“ (La Central Mundial VIER y su constitución) (1916), en: tomo 8, p. 295-306, aqui: p. 301

[10] „Die Weltkraftzentrale VIER und ihre Verfassung“, p. 269. „Darum wähle man zum Wappen von VIER keinen Adler, keinen Löwen, kein Kreuz, kein Symbol höheren Seelenschwungs, sondern ähnlich wie die glitzernden Silberdollars in der Fahne der Vereinigten Staaten erhebe man eine Geldbörse zum Wappen von VIER.“ (Por eso en el escudo de VIER no se ponga un águila, león, o una cruz, ningung símbolo de valor emocional, sino, parecido a los dolares eeuu en la bandera de EEUU, tomase una billetera como el escudo de VIER.“

[11] „Die Weltkraftzentrale VIER und ihre Verfassung“, p. 295 y 306

[12] En cuanto a la actitud de Gesell hacia la historia alemana vease tomo 15, p. 163-166 y tomo 16, p. 286. - El ataque a Belgica vease tomo 10, p. 238 y 331 o tomo 13, p. 77. - Actitud hacia la Primera Guerra Mundial vease tomo 10, p. 22 y tomo 16, p. 186-189. Cabe mencionar sin embargo que al principio de la Guerra Gesell se dejó influir por la atmósfera pro-bélica y aprobó el otorgamiento de créditos bélicos sin interés, vease tomo 8, p. 142 y 144-153

[13] Acerca de la „ilusión nacionalista” vease tomo 14, p. 397 y tomo 16, p. 96. – las reparaciones vease tomo 12, p. 301-303 y tomo 13, p. 313. – Paz con Francia y renuncia a Alsacia-Lorena vease tomo 13, p. 141-144 y p. 314-321 y tomo 14, p. 310-317 y p. 383. – Paz con Polonia y Chequia vease tomo 14, p. 319-320, tomo 15, p. 221 y tomo 16, p. 71.

[14] Tomo 11, p.55, tomo 12, p. 290-292

[15] Sobre las fronteras vease tomo 11, p. 69-72 y tomo 12, p. 152. “Lassen wir den vollen Freihandel nur einige Jahrzehnte sich frei entwickeln und wir werden bald sehen..., mit welcher Liebe gute Beziehungen zu den Nachbarvölkern vom ganzen Volke gepflegt werden, wie die Familien hüben und drüben durch Bande der Verwandtschaft fest aneinander gekettet werden, wie Freundschaft zwischen Künstlern, Gelehrten, Arbeitern, Kaufleuten, Geistlichen alle Völker der Welt zu einer einzigen großen Gesellschaft verketten wird, zu einem Völkerbund.“ (Dejemos al libre comercio desarrollarse por unas décadas y pronto veremos..., con qué amor el pueblo mantendrá buenas relaciones con los pueblos vecinos, cómo las familias aquí y allí sean unidas a traves de lazos de parientes, cómo la amistad entre artesanos, científicos, obreros, comerciantes, eclesiásticos una a los pueblos del mundo a ser una única sociedad grande, una Sociedad de Naciones.), tomo 11, p. 94. Vease también tomo 12, p. 150-153.

[16] Tomo 11, p. 68 (Hoheitsrechte über Ressourcen als Pulverfass des Krieges; soberanía sobre los recursos como causa principal de guerra) – carbón libre: la fórmula para la paz en Silesia Alta, en: tomo 13, p. 94 – según Gesell Silesia Alta no se debería considerar bajo el aspecto de poder estatal, vease tomo 14, p. 73-74 y tomo 16, p. 340-341. – Petrol-Trust, en: tomo 13, p. 145-147.

[17] Internationale Valuta-Assoziation (Asociación Internacional de Monedas), en: tomo 12, p. 149-195, sobre todo p. 182-195. A la Unión Monetaria Latina pertenecían en el siglo 19 Bélgica, Francia, Suiza, Italia y Grecia. Para ver una recepción crítica de la IVA vease Hugo Godschalk, “Keynes-Plan 1944 und Silvio Gesells IVA-Plan” (El plano Keynes 1944 y el plan IVA de Silvio Gesell) en: Fragen der Freiheit (Cuestiones de la libertad) nro. 206/1990, p. 35-46.

[18] Tomo 9, p. 79-83, tomo 10, p. 75, 131 y 300, tomo 11, p. 72 y 99, tomo 13, p. 170

[19] Tomo 10, p. 254-255, tomo 12, p. 303-305

[20] Richard Coudenhove-Kalergi, Kampf um Paneuropa (Lucha por Paneuropa), tres tomos 1925-1928; Die Europaeische Nation (La Nación Europea) (1953); Weltmacht Europa (Potencia mundial Europa) (1971)

[21] Der Vereinigte Unsinn von Europa – Gegen den europaeischen Zollverein (Lo absurdo de la unión Europea – contra la unión aduanera europea) (1926), en: tomo 16, p. 72-77; vease también tomo 16, p. 291 y tomo 18, p. 327 y 395

[22] Tomo 11, p. 56 y 64-66 (Kritik am Völkerrecht; crítica al derecho internacional) – tomo 12, p. 304-305 – tomo 15, p. 198-202 – Sobre la idea de aliar la Asociación Internacional de Monedas con la Sociedad de Naciones, vease una carta de Gesell a Hans Bernoulli del 12 de enero 1928, en tomo 18, p. 3

[23] Sobre las ideas del Kreisauer Kreis vease Jan Kubista, Die europapolitischen Gedanken des Kreisauer Kreises und ihre Bedeutung für die europäische Einigung (las ideas europa-políticas del Kreisauer Kreis y su significancia para la unificación europea), en: Zeitschrift für Sozialökonomie (revista de Economía Social ) nro. 143 / 2004. Vease también Daniel Rüther, Der Widerstand des 20. Juli auf dem Weg in die Soziale Marktwirtschaft (La oposición del 20 de julio en el camino hacia la economía social de mercado), Paderborn 2002, p. 309-312. Rüther también menciona dudas acerca de una unión monetaria europea. (p. 312)

[24] John Maynard Keynes, International Clearing Union, en: Stefan Leber (ed.), Wesen und Funktionen des Geldes – Zahlen, Leihen und Schenken im volkswirtschaftlichen Prozess (caracter y funciones del dinero – abono, prestación y regalo en el proceso económico), Estugarda 1989, p. 323-349. – vease Elimar Rosenbohm, Internationale Währungsordnung – 25 Jahre Bretton-Woods-Abkommen (orden monetario internacional – 25 años del acuerdo de Bretton Woods) en: mensch-technik-gesellschaft – Zeitschrift für Sozialökonomie (hombre-tecnología-sociedad – revista de economía social) no. 18/1970, p. 7-23. – Wilhelm Hankel, John Maynard Keynes – Die Entschlüsselung des Kapitalismus (John Maynard Keynes – decifrar el capitalismo), Munich 1986, p. 70 y 77, 121 y 131. – Dieter Senghaas, Die Konstitution der Welt – eine Analyse in friedenspolitischer Absicht (la constitución del mundo – un analisis con objectivo de paz) en: Leviathan no. 1/2003, p. 117-152, aquí p. 135 y 144.

[25] Una frontera como la Cortina de Hierro que dividía Europa con muros, alambre de espina y armas era algo inimaginable para Gesell. Vease nota 1 – Werner Schmid, Der Weg zu einem freiheitlichen Europa (El camino hacia una Europa libre), en: Blätter der Freiheit (cuadernos de libertad) no. 7-8 / 1953, p. 299-315.

[26] Hans-Joachim Werner, Geschichte der Freiwirtschaftsbewegung – 100 Jahre Kampf für eine Marktwirtschaft ohne Kapitalismus (Historia del movimiento de economía libre – 100 años de lucha por una economía de mercado sin capitalismo), Münster 1989, p. 94-100

[27] Herbert K.R. Müller, Europäische oder universelle Integration? (Integración europea o universal?), en: Informationen für Kultur, Wirtschaft und Politik (Informaciones para cultura, economía y política) Nr. 10 / 1960, p. 11-17. – Herbert K.R. Müller, Die ökonomischen, sozialen und politischen Hintergründe der westlichen Hilfe für die unterentwickelten Länder (El fondo económico, social y político de la ayuda del Oeste para los países subdesarrollados), en: Informationen für Kultur, Wirtschaft und Politik (Informaciones para cultura, economía y política), Nro. 8 / 1961, p. 2-32.

[28] Elimar Rosenbohm, Supranationale oder föderative Europapolitik (Política europea supranacional o federalista?), en: mensch-technik-gesellschaft / Zeitschrift für Sozialökonomie (hombre-tecnología-sociedad / revista de economía social) nro. 7 / 1966, p. 39-48, aca: p. 42 y 44.

[29] Karl Walker, Neue Europäische Währungsordnung? (Nuevo orden monetario europeo?), en mensch-technik-gesellschaft (hombre-tecnología-sociedad) nro. 19 / 1970, p. 17-24, aca: p. 17-18.

[30] Karl Walker, Neue Europäische Währungsordnung (Nuevo orden monetario europeo), Lauf 1962, p. 113-133. Walker mencionó que ideas similares formaban parte del „Plan Triffin“ que fue discutido a nivel del FMI en 1961 (p. 115) - Karl Walker, Neue Europäische Währungsordung? (Nuevo orden monetario europeo?), en mensch-technik-gesellschaft (hombre-tecnología-sociedad) nro. 19 / 1970, p. 20-22. – Vease también Hans Hoffmann, Voraussetzungen einer Europäischen Währungsintegration (Condiciones para una integración monetaria europea), Hamburgo 1970. – Después del derrumbe del sistema de Bretton Woods Hoffmann subrayó la necesidad de impedir la “erosión de las monedas nacionales” que al mismo tiempo llevarían a la erosión de la libertad y de lo social. Se deberían crear las condiciones de estabilidad para lograr la integración. En: Karl Walker, Woran scheitert die Europäische Wirtschafts- und Währungsordnung? (Por qué fracasa el orden económico y monetario europeo?), Hamburgo 1974.

[31] Roland Geitmann, Mitteleuropas Brückenfunktion – Fragen an die Freiwirtschaft (la función como puente de Europa Central – preguntas a la economía libre) en: Zeitschrift für Sozialökonomie (Revista para economía social) nro. 93 / 1992, p. 3-20, aca p. 13.

[32] Dirk Löhr, Europäische Zentralbank – Europäische Währungsunion: Das Ende der Stabilitätskultur (Banco Central Europeo – Unión monetaria europea: el final de la cultura de estabilidad), en: Zeitschrift für Sozialökonomie (revista de economía social) nro. 93 / 1992, p. 3-20, aca p. 13.

[33] Dirk Löhr, Der Euro – Niederlage der Vernunft (El Euro, fracasó la razon), en Zeitschrift für Sozialökonomie (revista de economía social), nro. 117 / 1998, p. 21-34. – Thomas Betz, Was der Euro soll und was eine internationale Währung wirklich sollte (El sentido del Euro y el sentido que debería tener una moneda internacional), en: Zeitschrift für Sozialökonomie (revista de economía social), nro. 117 / 1998, p. 35-43. – Eckhard Behrens, Der Euro und wir (El Euro y nosotros), en: Fragen der Freiheit (Cuestiones de libertad) nro. 248 / 1998, p. 24-28. – Hankel ya al comienzo de los años noventa se expresó en contra de la creación de más bloques monetarios proteccionistas y prefería una moneda europea parallela a una mega-moneda europea; en: idem, Dollar und Ecu – Leitwährungen im Widerstreit (dolar y Ecu – monedas patrones en conflicto), Frankfurt 1992, p. 121-122 y p. 22-23 sobre el Bancor.

[34] Günter Hannich, Editorial / Das sollten Sie unbedingt wissen (Eso se debería saber), en: Humanwirtschaft (Economía humana), nro. 1 / 2004, p. 1-4.

[35] Hans Bernhard Zill, Europa als Ideal und Wirklichkeit (Europa como ideal y realidad) en: Humanwirtschaft nro. 1 / 2004, p. 18-20. – Eberhard Hamer entrevistando a Günter Hannich, en: Humanwirtschaft nro. 2 / 2004, p. 12.

[36] Margrit Kennedy, Bernard Lietaer, Regionalwährungen – Neue Wege zu nachhaltigem Wohlstand (Dineros regionales – nuevos caminos hacia el bienestar sustentable), Munich 2004, p. 94-132

[37] Marvin Goodfriend, Overcoming the Zero Bound on Interest Rate Policy, en: Journal of Money, Credit and Banking, vol. 32, nro. 4 / noviembre 2000, 2da parte, p. 1007-1035.

[38] Europäischer Konvent (edt.) (Convento Europeo), Entwurf eines Vertrages über eine Verfassung für Europa (Borrador de un contrato sobre una Constitución Europea), Brusselas 2003. – Vease Roland Geitmann, Europa in guter Verfassung? (Europa está en un buen estado?), en: Zeitschrift für Sozialökonomie (Revista de Economía Social) nro. 143 / 2004.

[39] Deutsche Gesellschaft für die Vereinten Nationen (edt.)(Sociedad Alemana para las Naciones Unidas), Bericht über die menschliche Entwicklung 1999 (Reporte sobre el desarrollo humano 1999), Bonn 1999, p. 122. – En cuanto al plan Bancor vease nota 23 y Thomas Betz, Was der Euro soll und was eine internationale Währungsordnung wirklich sollte  (El sentido del Euro y lo que realmente debería ser un orden monetario internacional), en: Zeitschrift für Sozialökonomie (Revista de Economía Social), nro. 117 / 1998, p. 35-43, aca: p. 39.

[40] Para hacer posible una política ecológica mundial Udo Ernst Simonis propuso la creación de una organización especial de la ONU; vease Udo Ernst Simonis, Projekt 2000 – Eine Weltorganisation für Umwelt und Entwicklung (Projecto 2000 – una organización mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo), en: Wilhelm Nölling, Karl Albrecht Schachtschneider y Joachim Starbatty (edts.) Währungsunion und Weltwirtschaft (Unión monetaria y economía mundial), Estugarda 1999, p. 393-409. – Dentro del movimiento de reforma  monetaria y territorial la posición de Fritz Andres y Dirk Löhr se acerca más a esta idea; Fritz Andres, Wieviel Erde braucht der Mensch? (Cuanta tierra necesita el hombre?), en: Fragen der Freiheit (Cuestiones de la Libertad) nro. 257/2001. – Fritz Andres, Klimapolitik als Ordnungspolitik (Política climática como política estructural) en: Fragen der Freiheit (Cuestiones de la Libertad) nro. 258/2001. –  Dirk Löhr, Zur Strategie der Abfallvermeidung und des Recycling (Sobre la estrategia de evitar basura y del reciclaje) en: Fragen der Freiheit (Cuestiones de la Libertad), nro. 265/2004. - Dirk Löhr, Nachhaltige Ressourcennutzung als Option (El uso sustentable de los recursos como opción) en: Fragen der Freiheit (Cuestiones de la Libertad), nro. 265/2004.

[41] Lamentablemente el movimiento de reforma monetaria y territorial por mucho tiempo no se ocupaba de  Naciones Unidas. Una exepción fue Walter Moré, Völkerrecht in der Gegenwart (Derecho International en el presente) en: Informationen für Kultur, Wirtschaft und Politik (Informaciones para Cultura, Economía y Política) nro. 7 / 1960, p. 11-17. Vease también Hans Hoffmann, Kennen Sie die UNO? – Das Wichtigste über die Vereinten Nationen und deren Organisationen (Usted conoce la ONU? – lo más importante sobre las Naciones Unidas y sus organizaciones), Bern 1986. – Vease también Thomas Betz, IWF und Weltbank zwischen Anspruch und Wirklichkeit (FMI y Banco Mundial entre pretensión y realidad), en: Zeitschrift für Sozialökonomie (Revista de Economía Social), nro. 132 / 2002, p. 17-33. – Sobre la ONU vease Sven Gareis y Johannes Varwick, die Vereinten Nationen – Aufgaben, Instrumente und Reformen (Las Naciones Unidas – Tareas, instrumentos y reformas), Bonn: Bundesanstalt für politische Bildung, 2003. – Inge Kaul, Isabelle Grunberg y Marc Stern (edts.), Global Public Goods – International Cooperation on the 21st Century, New York 1999.

[42] Bernard Lietaer, Das Geld der Zukunft (El dinero del futuro), Munich 1999, p. 374 y 381-386.

[43] Dieter Senghaas, die Konstitution der Welt – eine Analyse in friedenspolitischer Absicht (La constitución del mundo – un análisis con intenciones pacifistas), en: Leviathan nro. 1/2003, p. 144 y 146. – Vease Thomas Betz, Tendenzen und Hindernisse zur Integration der Weltgemeinschaft (Tendencias y obstáculos a la integración de la comunidad mundial), en: Fragen der Freiheit (Cuestiones de Libertad) nro. 255/2000, p. 14-35.