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Original (April 2002):

http://www.attacmadrid.org/cgi-bin/abre/abre.pl?pag=/d/2/020312vonposer.html

 


 

Dinero, interés e inflación.

La mayor explotación imaginable
de Jonas von Poser (vonposer@gmx.de)
6 de Marzo de 2002

El dinero es - ahora más que nunca - uno de los fundamentos de nuestra
sociedad y por tanto de nuestras vidas.
Forma la base de todo comercio y
cada economía desarrollada del mundo. Sin embargo, cada vez más el dinero
supera en importancia todo lo demás, desde las artes y asuntos sociales
hasta el bienestar de los propios seres humanos. El dinero en sí ha pasado
de ser un medio y se ha convertido en un propio fin.
Parece que lo único
objetivo de vivir es enriquecerse. Las universidades se convierten en
fábricas para crear trabajadores dóciles y las fronteras se cierran para
todos salvo el capital.
¿Porqué el dinero ha dejado de servirnos y cuándo
hemos empezado servirle a él?

Como veremos, no hace falta culpar la \"naturaleza egoísta\" del hombre o la
economía del mercado: el problema fundamental es que el propio dinero tiene
una \"falta de diseño\". Esta falta ha conseguido que toda economía que se
basaba en el dinero, se derrumbó - normalmente por creciente desigualdad
dentro de la sociedad, una crisis económica de gran escala, seguido por una
guerra. Ya que tal como una casa no puede ser estable en un fundamento
tambaleante, una sociedad justa no se puede basar en dinero que causa y
promueve injusticia y desigualdad.

Una causa del problema de la creciente desigualdad es fácil de identificar,
aunque muchas veces despreciada: el interés. El interés asegura que los que
ya tienen mucho dinero reciben cada vez más de ello.
Y más. Y más aún. El
interés, a través del interés compuesto, tiene como característica principal
que crece exponencialmente, porque el interés recibido también devenga
interés.
Y es cierto que sólo un crecimiento con limite cuantitativo es
sostenible en largo plazo. En cambio, todo crecimiento infinito en un mundo
finito acabará en fracaso.
El resultado vemos en todas partes: más haberes
para unos significan más deudas para otros.
Con interés, esta tendencia se
acelera hasta la caída del sistema.

Pues bien, antes de hablar de por qué surge el interés, hay que hablar de
una equivocación muy común: Que sólo paga interés él que tenga deudas.
La
mayor parte de la deuda, sin embargo, pertenece a las empresas y al estado.
El interés que pagan las empresas en deudas y en sus fondos propios es para
ellas parte de los costes y forma parte del precio del producto.
Eso
significa que con todo lo que compremos, pagamos una parte en interés. La
parte varia, pero por promedio es una tercera parte del precio, entre 30 y
40%. ¡Todos pagamos una tercera parte de nuestros gastos a los que ya tienen
dinero de sobra!

Además, una creciente parte (ahora un 25%) de los ingresos del estado va
directamente al parte más rica de la población para pagar el interés de las
deudas existentes. Los países en vías de desarrollo están en una situación
peor: el interés pagado cada año - ni hablar de amortización - es triple lo
que reciben en \"ayuda\" de los estado industrializados.
Todas las donaciones
que damos a estos estados a través de organizaciones privadas (5.000
millones de dólares el año), vuelven dentro de 14 días a los ricos de
nuestros países. Incluso la anulación de la deuda sólo significaría empezar
de nuevo en este juego más cínico.

Nosotros también recibimos interés para nuestros ahorros (si los tenemos)
pero solo para un 10% de la población estas ganancias superan el interés
pagado. Para otro 10% resulta más o menos igual y un 80% de la población
pierden en esta redistribución de riqueza de pobre a rico en gran escala.
Por eso, el interés ha sido llamado \"la mayor explotación imaginable\".

Es más: En toda economía con interés, una inversión tiene que competir con
él.
Es decir, una inversión en, por ejemplo, producción de energía solar que
tiene una rentabilidad de unos 2% - que gana el dinero invertido y más - no
se hace porque el mismo dinero en el banco ganaría unos 5%. ¿Porqué nos
sorprende que \"no hay dinero\" para inversiones ecológicas y sociales?

Entonces, ¿porqué existe el interés? ¿No sería mejor prohibirlo, como lo
hicieron todas las grandes religiones y muchas leyes antiguas? ¿O podemos
hacer una ley que prohibe al estado endeudarse tanto? El dilema fundamental
es que el interés es el único incentivo para devolver dinero a la
circulación general a través de crédito.
En tiempos de bajo interés, es más
cómodo retener ahorros en casa en efectivo que comprometerlo a un plazo
determinado.
Esto crea una escasez artificial de dinero en el mercado,
subiendo el interés otra vez. Por tanto, el interés no puede bajar 4-6%. Sin
embargo, la falta de dinero en circulación puede llevar a una deflación.

Para evitar la deflación, letal para una economía, el estado tiene dos
opciones: Primero, reemplazar el dinero sacado de la economía por nuevas
billetes, creando inflación. Porque no puede motivar al dinero a circular,
el banco central se conforma con una creciente inflación para evitar la
deflación. Por tanto, la \"lucha contra la inflación\" de los políticos no es
nada más que retórica - sin inflación nos daríamos cuenta muy pronto que no
puede funcionar el sistema.

La otra opción: elevar la tasa de interés en los mercados financieros para
ofrecer incentivos a prestar sus ahorros. Esto se puede hacer por el propio
estado creando demanda de crédito - a través de subvenciones para grandes
proyectos que \"quemen\" mucho dinero, sea astronáutica, armamento o centrales
nucleares. Y al mismo tiempo acelerando el remolino de crecientes deudas y
haberes.

Hemos visto que necesitamos el interés al tiempo que crea una situación
insoportable. ¿Qué hacer para evitar este dilema? Es evidente que el
problema viene de la falta de control sobre la circulación de dinero. Él que
tenga dinero, lo puede secuestrar sin sanción. Es más, puede cobrar un
premio a la devolución. Hace falta un mecanismo que asegura que dinero
siempre devuelve a la circulación, a través de gasto o crédito, sin tener
las características letales del interés.

Bueno, ¿qué se hace cuando alguien bloquea una calle y no se mueve? Se
multa. ¿Qué hacer cuando alguien bloquea el comercio, reteniendo dinero?
Cobrar una multa. Hay que imponer un coste a retener dinero en efectivo, de
unos 5-6% al año.

¿Qué cambiaría? Nadie querría retener su dinero porque esto significaría una
pérdida directa. Todos o gastaríamos, para lo que necesitemos en bienes y
servicios, o prestaríamos lo que sobre. Enseguida, el interés acabaría de
ser un \"rescate\" y sería un verdadero \"precio de escasez\". Si hay mucha
gente ofreciendo su dinero - y con un precio a la retención, habría muchos -
el interés bajaría hasta que oscile cerca de 0%. Sería necesario trabajar
para ganar dinero, no se podría vivir de los procedimientos del trabajo de
otros. Además, él que trabaje, recibiría todo el rendimiento de su trabajo,
sin tener que soportar los recipientes del interés. Resulta que se podría
reducir la jornada laboral por un tercio y más, con el mismo nivel de
ingresos como ahora.
Inversiones se podría evaluar por sus consecuencias
ambientales y sociales, no sólo por su rendimiento.

Un ejemplo para una economía según las ideas planteadas aquí es la alta Edad
Media. En muchas partes de Europa del Oeste y central, había una moneda que
uno o dos veces al año se reclamó y cambió para una nueva, cobrando una tasa
de 25% del dinero cambiado. Resultaba en que nadie quería detener el dinero,
todos lo gastaron o prestaron a otros para la devolución más tarde de la
misma cantidad - sin interés. En este tiempo había muchos avances culturales
y sociales, se formó una clase media de ciudadanos de una prosperidad más
alta y se erigieron las catedrales grandes, no por esclavos sino por
artesanos altamente cualificados. La jornada laboral cubrió cinco días la
semana a seis horas al día, menos que ahora a mayores ingresos.

Otro ejemplo más actual era en los años 30, durante la crisis económico
mundial.
En Wörgl, un pueblo austríaco de unos 4.500 habitantes, el alcalde
puso en circulación un tipo de billetes aceptados por el ayuntamiento y los
comerciantes. Para validarlos, había que fijar cada mes sellos de 1% del
valor a los billetes.
Ya que nadie quería pagar los sellos, todos pasaron el
dinero, incluso pagando con antelación sus impuestos. Ese dinero hacía lo
que tiene que hacer: circular.
Resultaba que se pudo renovar las calles y
edificios, construir un trampolín de saltos de esquí, bajar el paro por unos
25% (mientras que en el resto de Austria aumentó por 10%), y pagar los
impuestos a la vez. Después de 14 meses el banco central austríaco prohibió
el experimento porque unos 170 alcaldes austríacos y extranjeros querían
introducir una moneda parecida y temió una caída de su monopolio de dinero.

Ahora bien, ¿es realista la idea planteada? Hemos visto que es posible
cambiar todo el dinero en circulación en 12 países de Europa para otra
moneda con las mismas problemas a un coste alucinante. En comparación, el
cambio propuesto aquí será un juego de niños. Un dinero de circulación
garantizada no solucionará todos los problemas, pero puede formar una base
neutral y estable para erigir una verdadera sociedad democrática. Tampoco
tenemos que esperar hasta que sea demasiado tarde: no tiene por que pasar en
nivel europeo. La propia población de una región o comunidad puede
introducir un medio de pago con las características descritas aquí, como lo
pasó en Wörgl. Frente la globalización del capital: la regionalización del
dinero.



Más literatura en castellano:

Algunos textos: http://userpage.fu-berlin.de/~roehrigw/spanisch/
\"El orden económico natural\" de Silvio Gesell de 1904 en completo:
http://www.systemfehler.de/es/index.htm