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Morton Münster (Universidad de Extremadura)



Tiempo y sintaxis en Herrumbrosas lanzas de Juan Benet


Time and syntax in Juan Benet's Herrumbrosas lanzas
In this study we analyze the reciprocal influence between time and syntax in Juan Benet´s novel Herrumbrosas lanzas. We suppose that there is a relativistic time understanding, what exerts influence on the one hand on the syntax and on the other on the reader perception. For that reason the reader is suggested a relativistic time understanding.



Para entender por qué la concepción temporal de HL1 es una concepción relativista es preciso exponer algunas consideraciones y experiencias acerca del autor. En la Nota del autor de Juan Benet, éste trata de explicarnos cuáles fueron los motivos de acción que lo llevaron a escribir HL y cuáles fueron las dificultades a las que tuvo que enfrentarse. Su primera intención había sido, como nos cuenta él mismo, escribir una crónica de la Guerra Civil española. Para este propósito realizó un gran número de investigaciones en fuentes históricas tanto en España como en el extranjero y consultó obras paralelas que plasmaban otros conflictos bélicos. Sin embargo, sus resultados no resultaron edificantes. Según su opinión resultaba del todo imposible reproducir el pasado histórico de una guerra civil en su realidad completa, es decir, de forma objetiva. El proyecto parecía estar condenado al fracaso. Pero cuando Juan Benet topa, como él mismo escribe en su Nota del autor, con la crónica bélica de Shelby Foot, ésta le inspira para escribir su trilogía novelística inacabada HL (Benet 1999: 23):

No teniendo la capacidad de estudio, investigación y trabajo para abordar el proyecto en toda su envergadura, y no atrayéndome ningún fragmento del mismo más que cualquier otro, lo mejor que podía hacer era renunciar a él. La lectura de la descomunal y apasionante historia de la Guerra Civil americana, de Shelby Foote, me inspiró la idea de convertir aquel proyecto en una larga narración que describiera toda la guerra reducida a un sector aislado y, por supuesto, imaginario. Ese sector sería el de Región [...].



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En su novela Benet busca nuevos caminos para poder retratar lo que a él mismo le parece irretratable. Juan Benet logra con esta obra crear en la literatura española un gran ejemplo del Nouveau Roman. El estímulo para forjar su estilo en prosa proviene, según el propio autor, de la lectura de las obras de Thomas Mann (La montaña mágica), Kafka, Proust y Faulkner (véase Benet 1976: 96–97). Uno de los aspectos más llamativos sobre su concepción de entonces sobre la prosa, que por supuesto se perfilaba ya en la anterior Volverás a región, es la forma particular de dar uso a la sintaxis. En consonancia con la técnica del stream of consciousness, el lector se ve confrontado con un número tal de cadenas asociativas de significado que le es casi imposible asimilarlas en su totalidad, lo que por otro lado se ve reflejado también en la sintaxis; ya que la sintaxis, al tiempo, no es capaz de asimilar el caudal de información asociativa. Los esfuerzos por parte del narrador de someter los pensamientos propios a las posibilidades sintácticas de un orden fracasan. En este artículo se defiende la tesis de que el motivo principal para esta imposibilidad de someter la sintaxis a un orden se debe a la concepción del tiempo del mismo Juan Benet. En la obra En ciernes Juan Benet se pronuncia respecto a esta problemática temporal. Para el autor el tiempo es tan solo una ordenación temporal, delimitada en el tiempo, del caos, ya que solo el caos es anterior a la alineación temporal de los sucesos. Al final de la ordenación temporal de la materia retorna el caos (anti caos), porque una ordenación temporal no es más que una ordenación delimitada en el tiempo:

[...] antes del Tiempo reinaba el Caos, si se quiere esa palabra, o bien la Nada [...]. El tiempo será por consiguiente una ordenación de elementos que con anterioridad a su origen se hallaban en el Caos [...] tras perder su fuerza ordenatriz comenzarán a amontonarse sin orden en una suerte de ANTICAOS que reproduce el estado original anterior al Tiempo (Benet 1976: 105–110).

Este análisis está orientado en la concepción temporal de Lübbe (véase Lübbe 1992) que parte de la distinción entre lange Zeit (tiempo prolongado) y kurze Zeit (tiempo breve) en la conciencia espacial del sujeto,2 en nuestro caso, del lector. De ahí se puede transferir al análisis sintáctico: o bien existen construcciones sintácticas que evocan en la conciencia del lector una lange Weile (un lapso de tiempo prolongado), o pueden darse construcciones sintácticas que evoquen en la conciencia del lector una kurze Weile (un lapso de tiempo breve). Posteriormente se tratará de mostrar si la sintaxis apoya el alejarse de una concepción temporal lineal, hecho que Benet describe en En ciernes (Benet 1976: 107):

De todo ello se infiere que el Caos no será más que una montonera de instantes verbales sin orden ni concierto; que el tiempo comenzó con la organización del lenguaje y que por consiguiente no andaba demasiado descaminado aquel enloquecido apóstol Juan cuando vino a afirmar que en el principio fue el verbo.

Gullón (véase Gullón 1994) califica muy acertadamente el estilo de Benet, que de acuerdo a su propia declaración refleja una búsqueda del orden, de laberíntico. En el último apartado se analizará si las diferentes construcciones sintácticas se corresponden con el contenido semántico, fomentando así el efecto asociativo en el lector.



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El análisis de la sintaxis se llevará a cabo a partir de dos pasajes contrastivos del texto que llamaremos, para simplificar, "A" y "B". En un primer paso analizaremos ambos pasajes según su grado de iconicidad. Después de esta descripción realmente sucinta se analizarán detalladamente determinadas estructuras de la sintaxis. ¿Cómo está organizada la taxonomía de la sintaxis? Esto incluye, por ejemplo, el aspecto de los paréntesis en el flujo de la oración. Posteriormente se examinará si se dan determinadas estructuras estilísticas con más abundancia que otras. Este aspecto incluye las estructuras paralelas, las repeticiones, las negaciones, las oposiciones, etc. Por último se analizará la sintaxis en sentido estricto. Con ello se analizarán las relaciones combinatorias en las oraciones y la semántica de los verbos.


Iconicidad

El primer pasaje "A" que se investigará procede del libro decimoquinto. Describe la actividad en la ciudad de Macerta tras su toma por las fuerzas republicanas. El narrador transmite desde la perspectiva de un observador en Macerta que ve cómo tres hombres retornan a la ciudad. Tras la ocupación de ésta impera la 'no acción' humana. Se describe un espacio del vacío, un espacio en suspensión:

En cualquier momento podía empezar a nevar pero daba igual, nada que hiciese el cielo podía alterar el curso de los acontecimientos, decididos en otras instancias, y por más que ahora pretendiese con sus mutaciones favorecer u obstaculizar una u otra solución tendría que conformarse a la simple condición de espectador o, como mucho, decorador del escenario donde se habían de desarrollar las escenas finales del tosco drama cuyo desenlace ya había tenido lugar, tan sólo para quedar concluso a falta de unas frases postreras no dictadas por el argumento sino por el arte de la finitud; ese mismo cielo que días o semanas atrás había podido jugar un papel decisivo en la pieza y – tal vez ofuscado por su responsabilidad o refugiado en una actitud neutral o justificado en la intangibilidad de esa neutralidad tan demostrable como abandonable por cuanto su ruptura se había de producir por la clandestina violación de las leyes a las que se atenía  y que en todo momento podía airear – en cuanto otras leyes más fuertes y secretas así lo exigiesen, sin alterar en nada la fachada de la legalidad, o solamente desconcertado por el sesgo de una querella cuyas partes apelaban por igual a sendos sectores de su contradictoria naturaleza y, decidido, por consiguiente, a esperar el momento en que pudiese, sin vacilaciones, decidir la vertiente por la que había de derramar sus favores, se habían entonces limitado a suspender su intervención o a dosificarla en la imprescindible medida que salvaguardara todas las apariencias y permitiese a ambas partes abrigar la creencia de que, lejos de desentenderse del conflicto seguía tan atento a él que en el instante más imprevisto podía volcar todo el peso de su influencia en favor de una de ellas – había permanecido sordo a llamadas de unos y otros, veía ahora cómo no sólo nadie precisaba su apoyo para resolver el combate – acostumbrados todos a soportarlo con sus propios medios – sino que doquier podía ser recibido con toda clase de recelos e interpretado sin más como la cobarde e interesada decisión de subirse a última hora al carro de los vencedores para gozar de las mieles del triunfo y participar en el lucro de la victoria (Benet 1999: 600–601).3



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El segundo pasaje "B" pertenece al episodio 'Romance' del cuarto libro. Este pasaje es complementario en temática y estructura al primer pasaje escogido. Si el primero ejemplifica el espacio en suspensión y, de acuerdo al principio de iconicidad, la lange Weile (el lapso de tiempo prolongado), el ejemplo "B" plasma acción y kurze Weile (el lapso de tiempo breve) por medio de frases cortas.

Después de que Baldur haya conseguido liberarse, gracias al hipnotismo suscitado por el romance, se festejará con profusión y se cantará con ímpetu en la 'casa del perdón' por la noche:

Aquella noche hicieron fiesta, amenizada casi toda ella por Baldur, y corrió el vino. La fiesta duró casi toda la noche. En toda fiesta de soldados y hombres armados llega el momento en que es obligado el número del que con cuatro trapos y unos bultos  un grosero bisoñé remeda a una mujer. Luego sale el marica, aparecen dos gañanes que van a lo suyo y que – si llevan mucho vino encima – nunca se sabe si terminarán por tomarlo en serio y a golpes. Cuanto más se excitan más procaz e insultante se torna el diálogo y más excesos ha de hacer el disfrazado de mujer para sobreponerse a todos. Cómo no, también aparece una guitarra y un rubio – con unas cuerdas como cables, una voz de bayoneta y las venas de la frente a punto de estallar – larga una jota que será muy aplaudida. El emisario de Estanis toma asiento en un taburete y – como lo sabe hacer todo – coge la guitarra, la tañe y repite una y otra vez el romance hasta que el coro aprende de memoria las antistrofas. No era una pieza estrictamente inteligible y no se cantaba por orden. Cantaba Baldur (Benet 1999: 150).4

La comparación de ambos pasajes habla por sí misma: el texto "A" se compone, desde un punto de vista estrictamente formal por el uso de los signos de puntuación, de una sola oración,5 es decir, sólo se utiliza un único punto al final en el pasaje. El texto "B" se compone, en este sentido explícito, de una sucesión de oraciones. A su vez, el número de paréntesis, ya sea debido a comas o a guiones, es menor en el segundo pasaje. Pero para poder describir la diferencia con la que ambos pasajes afectan a la conciencia del lector, se enumerarán a continuación una serie de postulados hipotéticos que servirán al propósito de la descripción, sin que se pretenda postular verdades o exponer teorías lingüísticas íntegras. Tal empresa rebasaría con creces los límites de este artículo y tampoco es la intención del mismo. Las apreciaciones que siguen deberán ser entendidas como construcciones que sirven de ayuda para que las presentes estructuras, por lo menos en lo que respecta a su efecto en la percepción temporal, puedan ser descritas.



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Supongamos que las oraciones constituyen y expresan un significado gramatical completo y que son finalizadas con el signo ortográfico del punto. Más allá tomemos como cierta la suposición de que las partes de la oración se separan por comas o por puntos y comas y que se encuentran en directa dependencia sintáctica y semántica respecto a la oración principal. Además supongamos que cada parte de la oración ocupa un cierto espacio en la conciencia del lector, formando así parte del proceso de constitución de la totalidad hasta el final de la oración principal. Tal totalidad se corresponde con una 'representación' (Vorstellung) en la conciencia del lector (véase Iser 1984: 284). Una nueva unidad de significado relega la anterior a un segundo plano en la conciencia. Para concluir supongamos también que la conciencia del lector tuviera una capacidad limitada para asimilar informaciones nuevas y requiera pausas, para poder entender informaciones nuevas en su totalidad. Respecto a la percepción temporal se podrían inferir las siguientes consecuencias: la construcción de una información a partir de numerosas unidades de significado es más compleja y requiere de más tiempo; esto sugiere una lange Weile (un lapso de tiempo prolongado). Paralelamente a lo dicho, la construcción de una información con menos unidades de significado, la que constituiría de forma más rápida una 'representación' (Vorstellung), sugiere en relación al otro extremo una kurze Weile (un lapso de tiempo breve). Este resultado se corresponde con la suposición anterior de la iconicidad.

La aplicación de las hipótesis anteriores al pasaje "A" desvela las dificultades ante las que se haya el lector en el proceso de recepción. Si el lector trata de interpretar la 'oración completa', que en la edición de 1999 consta de 33 líneas (y de unos 64 caracteres por línea), como una unidad de significado principal, se ve abocado a los límites de su capacidad de asimilación en el proceso de recepción. La comparación con el segundo pasaje denota la tendencia contraria, es decir, la construcción del significado se ve favorecida por unidades menores que guían de forma más 'rápida' al lector a través del texto. Por el contrario esto significa que en la conciencia del lector en el proceso de recepción del primer pasaje se sugiere un tiempo que casi no transcurre, un tiempo que se orienta en la suspensión; en el segundo pasaje se sugiere un tiempo de kurze Weile (un lapso de tiempo breve) mediante numerosas unidades breves que pueden ser interpretadas como acciones individuales.


Taxonomía

El paso siguiente consistirá en analizar la taxonomía de ambos pasajes. El texto "A" ejemplifica principalmente una estructura hipotáctica, ya que, aparentemente,6 consta de una sola oración. Esto nos lleva a suponer que existe una frase principal en la totalidad de la estructura. Una frase principal de este tipo estaría formada generalmente por un verbo principal que regiría los constituyentes de la misma frase principal (p. ej. verbos auxiliares, complementos, adverbios, etc.) y los de las frases subordinadas. El hecho de que una frase principal de estas características no pueda ser aislada en el pasaje "A", apoya la tesis de que se puede tratar de una estructura no meramente hipotáctica aunque con una clara tendencia a la subordinación.



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La frecuente utilización de conjunciones como 'y' y 'o', así como de paréntesis,7 que lejos de apoyar la teoría hipotáctica favorecerían una hipótesis basada en la parataxis, son un claro indicio al respecto. Este uso frecuente de conjunciones y paréntesis se encuentra, sin embargo, también en el texto "B". La diferencia radica en que en "B" no se sugiere una unidad oracional única. Las oraciones son cortas y gozan de tan solo dos niveles hipotácticos; el nivel esencial de la frase principal y el nivel dependiente de las frases subordinadas. Las frases dependientes están subrayadas en el pasaje. Se trata sin excepción de frases atributivas de relativo. En el caso de las frases restantes se trata de frases paratácticas o de partes de la frase principal. El texto "A" está concebido de una forma diferente. Como ya se ha dicho antes, no se puede sostener que se trate de una estructura hipotáctica en el sentido sintáctico estricto. La oración resulta tan extensa, porque determinados sustantivos son complementados de forma atributiva. Esto no ocurre, sin embargo, haciendo solo uso de estructuras hipotácticas, como frases de relativo, por ejemplo. También paréntesis y frases incorporadas de forma paratáctica conforman los complementos de los enunciados anteriores, en el sentido asociativo del stream of consciousness. Lo dicho hasta ahora se muestra, por ejemplo, en la segunda línea: "los acontecimientos, decididos en otras instancias". En el caso de este complemento se trata de una inserción elíptica y parentética que se podría parafrasear de la siguiente forma: Los acontecimientos, que fueron decididos en otras instancias. Los elementos ausentes en las construcciones elípticas, en los que se prescinde de la subjunción o del verbo, son responsables de una cierta ambigüedad que hace que la recepción se vuelva opaca e impenetrable. El no poner puntos en la oración es también una forma de omisión, ya que las partes que conectan la oración no son conectores, estos se omiten, los espacios en blanco pasan a hacer las veces de conectores. Los signos de puntuación, en este caso la ausencia del punto, sugiere al lector que la frase siguiente es un enlace, de modo que es el propio lector el que se ve obligado a establecer una asociación: "no dictadas por el argumento sino por el arte de la finitud; ese mismo cielo que días o semanas atrás había podido jugar un papel decisivo en la pieza". Probablemente el lector asociará la frase "ese mismo cielo... " con la frase de la primera línea "nada que hiciese el cielo podía alterar el curso". En este ejemplo la asociación se ve favorecida por la repetición del elemento deíctico "ese". Las frases marcadas como independientes, que se resaltan en el ejemplo,8 carecen de gran importancia. La estructura que más destaca es la de las inserciones, cuyo carácter es a menudo elíptico. Como se mencionó con anterioridad, en el caso de las inserciones se trata en su mayoría de frases con un carácter atributivo. Si estas no fueran elípticas, se trataría de típicas frases subordinadas, por ejemplo de relativo. Esta concepción de las omisiones y de las yuxtaposiciones casi interminables dificultan que el lector penetre en el texto, ya que es el mismo lector el que se ve obligado a establecer las asociaciones. Se trata aquí del principio dinámico del acercamiento. El lector es parte del proceso de constitución. Una comparación con el pasaje "B" apoya claramente esta hipótesis. En el texto "B" se da ya un orden preestablecido, por lo que la labor constructiva del lector no se presupone necesariamente, al contrario que en el texto "A".



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Recursos estilísticos frecuentes

Otro punto a tratar son los recursos estilísticos que se dan con más frecuencia. Aparte de las precisiones mencionadas con anterioridad, gracias a las construcciones atributivas, en el pasaje "A" encontramos, sobre todo, negaciones ("nada que hiciese el cielo"; "no dictadas por el argumento sino por... "; "sin alterar en nada la fachada"; "nadie precisaba su apoyo"; etc.) y retractaciones ("pero daba igual"; "u obstaculizar una u otra solución"; "tan sólo para quedar concluso"; "tal vez ofuscado"; etc.). También hayamos estos rasgos, sin embargo, en el pasaje "B": "amenizada casi toda ella"; "nunca se sabe"; "No era una pieza"; "y no se cantaba por orden". Además también encontramos oposiciones que neutralizan aparentes precisiones o suposiciones por un lado se dice que "nada que hiciese el cielo podía alterar el curso de los acontecimientos", para más tarde afirmar que "ese mismo cielo que días o semanas atrás había podido jugar un papel decisivo en la pieza". Un último ejemplo de recurso estilístico son las repeticiones o los paralelismos (véase el ejemplo de "ese cielo"). En el texto "B" leemos en la última parte: "no se cantaba por orden. Cantaba Baldur". Ambos recursos estilísticos crean una vinculación que no se realiza de forma sintáctica. Faltan conectores en la frase, elementos deícticos, etc. Al mismo tiempo se trata de una poetización del lenguaje, tal y como la describe, por ejemplo, Jakobson (1960), entendido el lenguaje poético como la tendencia a la disolución del nivel sintagmático en pro del paradigma. Recurso que empleado en numerosos pasajes de HL.


Relaciones combinatorias

El último punto de este artículo trata las relaciones combinatorias9 y la semántica del verbo en el texto. En el centro de la argumentación no se encuentran las teorías lingüísticas, sino la divergencia del lenguaje en HL respecto a los comportamientos que se pronostican. A continuación se analizará el siguiente fragmento del texto "A" desde el punto de vista de las relaciones combinatorias:

[...] ese mismo cielo que días o semanas atrás había podido jugar un papel decisivo en la pieza y – tal vez ofuscado por su responsabilidad o refugiado en una actitud neutral o justificado en la intangibilidad de esa neutralidad tan demostrable como abandonable por cuanto su ruptura se había de producir por la clandestina violación de las leyes a las que se atenía y que en todo momento podía airear – en cuanto otras leyes más fuertes y secretas así lo exigiesen [...].



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Comencemos el análisis de las relaciones combinatorias con el modo infinitivo del verbo "jugar". La semántica del verbo nos hace suponer que "jugar" goza de un sujeto y de un complemento, es decir, alguien que juega 'algo'. El lugar del sujeto lo ocupa en el pequeño pasaje anterior "ese mismo cielo"; el lugar del objeto "un papel decisivo". Es en esto importante reseñar que "jugar un papel decisivo" forma una colocación fija en castellano. A pesar de esto las relaciones combinatorias del infinitivo del verbo10 "jugar" se ven cumplidas. A esta frase, que según nuestro análisis se trata de una oración completa, se le añade de forma paratáctica otra frase más mediante la conjunción 'y'.11 El guión deja adivinar un paréntesis a continuación, de modo que la frase que se añade mediante la 'y' continuaría en realidad tras el segundo guión: "en cuanto otras leyes más fuertes y secretas así lo exigiesen". Sintácticamente hablando, esto es posible, ya que, como hemos mostrado antes, las relaciones selectivas de la primera frase quedan satisfechas, por lo que desde la perspectiva de la selección no es en alguna manera necesario un enlace adyacente. Sin embargo, mirándolo desde una perspectiva semántica, tampoco existe una posibilidad de nexo. Este hecho no nos sorprenderá si prestamos atención al paréntesis. Esta inserción no tiene, en efecto, ninguna relación sintáctica con la primera parte de la oración "ese cielo", semánticamente hablando se trata de una restricción. Sin embargo, el segundo guión no pone punto final al paréntesis. La conexión entre los enunciados tiene lugar más allá del guión mediante la repetición de la palabra "leyes", conectando directamente ésta con la frase anterior tras el guión. Así pues se crea una distancia mediante el guión, se marca una independencia, aunque ésta se neutralice, semánticamente hablando, ya que las frases están relacionadas entre sí. El conector 'y' tras la primera parte de la oración queda, sintácticamente hablando, suspendido en el aire y solo se lleva a cabo de forma libre en la semántica. La coherencia real en el contenido se le escapa al lector. El lector no puede cubrir espontáneamente el espacio en blanco ni de una forma sintáctica ni semántica. El breve extracto del pasaje "A" ilustra una construcción del discurso no convencional: el efecto que produce la falta de elementos conectores, y que obliga al lector mismo a rellenar estos espacios en blanco, se ve reforzado por la falta de menciones semánticas. En su lugar se nos muestra un texto engarzado de forma paratáctica que solo permite nexos de naturaleza asociativa, así por ejemplo al retomar la palabra "leyes" o, como se describió con anterioridad, al hacerlo con "cielo".

El pasaje "B" se comporta de una forma muy diferente. Aquí podemos hallar en el discurso tanto nexos de relación, que se corresponderían con el esquema de una estructura tema-rema (en las primeras líneas "fiesta" se alterna entre tema y rema estructurando el discurso), como también conectores de carácter semántico, por ejemplo "luego" en la tercera línea. Las oraciones que siguen se unen ciertamente de forma sintáctica y se separan unas de otras por medio de puntos ortográficos. Semánticamente hablando se crea una coherencia durante la lectura, en el sentido de los espacios en blanco (según Iser 1984); se trata de la propia búsqueda del lector por encontrar los nexos en el discurso. La comparación con "A" nos muestra claramente cómo el discurso escapa al lector. No hay ni nexos sintácticos ni el lector puede establecer nexos semánticos durante el proceso de recepción. Se trata de una yuxtaposición de impresiones, independientes sintácticamente, probablemente también semánticamente, unas de otras que solo se prestan a representar el flujo de la conciencia (stream of consciousness).



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La disolución del discurso se funda, en cierta manera, en la disolución del sintagma. De esta forma el lenguaje no sólo se poetiza a nivel del sintagma, sino también a nivel del discurso y obtiene así una nueva calidad estética. Esta calidad estética la interpretamos como la experiencia de la conciencia. La falta de un orden estructural se corresponde con la construcción irracional de los actos de conciencia.


Conclusiones

El análisis sintáctico, basándonos en el ejemplo de la iconicidad, mostró en un primer momento cómo la imagen evocada por un texto y su contenido pueden corresponderse, un hecho que vine posibilitado por la poeticidad del lenguaje, ya que ésta obra de forma autorreferencial. De la comparación de los pasajes "A" y "B" se concluye que se hace uso de la poetización del lenguaje cuando se ha de presentar los procesos asociativos de la conciencia, ya que de otra manera escapan a una descripción estructural por medio del lenguaje. En el ejemplo "B", más bien al contrario, el narrador ofrece una descripción neutral, una descripción que no focaliza ninguna perspectiva personal (véase Wasmuth 2007),12 si esto es posible en HL, hace suponer que el narrador no transmite ningún espacio de conciencia personal. La alternancia entre estas concepciones distintas que sugieren al lector lange y kurze Weile – lapsos de tiempo prolongados y lapsos breves – afianza la hipótesis del principio en la que afirmábamos que en HL impera una latente concepción relativista del tiempo.


Bibliografía

Benet, Juan (1976): En ciernes. Madrid: Taurus.

Benet, Juan (19993): Herrumbrosas lanzas. Madrid: Alfaguara.

Gullón, Ricardo (1994): "Una región laberíntica que bien pudiera llamarse España", en: Ricardo Gullón: La novela española contemporánea. Ensayos críticos. Madrid: Alianza, 181–229.

Iser, Wolfgang (19842): Der Akt des Lesens. Theorie ästhetischer Wirkung. München: Fink.

Jakobson, Roman (1960): "Linguistik und Poetik", en: Holenstein, E./ Schelbert, T. (Hg.): Poetik: ausgewählte Aufsätze 1921–1971/ Roman Jakobson. Frankfurt am Main 1979: Suhrkamp, 83–121.

Lübbe, Hermann (1992): Im Zug der Zeit: verkürzter Aufenthalt in der Gegenwart. Berlin / Heidelberg: Springer.

Wasmuth, Axel (2007): "Polifonía y armonía de los espacios en 'Herrumbrosas lanzas'" de Juan Benet, en: Wolfgang Matzat (Hg.): Espacios y discursos en la novela española: del realismo a la actualidad. Madrid: Iberoamericana / Frankfurt: Vervuert, 239–259.



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Notas

1 En adelante se abreviará Herrumbrosas lanzas con las siglas HL.

2 Para este análisis nos limitamos a esta concepción teórico-esquemática de Lübbe, pero queremos señalar también la relevancia teórica de Merleau-Ponty en su calidad de fenomenólogo, y de Lacan con su estudio sobre el tiempo en un contexto psicoanalista.

3 Las marcas en el texto son del autor de este artículo.

4 Las marcas en el texto son del autor de este artículo.

5 Para simplificar entendamos aquí oración como un conjunto de palabras que concluye con un punto ortográfico. Esto no se ve afectado por el hecho de que estas "oraciones" sean o no unidades semánticas y sintácticas completas. Una oración, además, se entenderá como una unidad de significado completo que puede ser interpretada como una acción principal por encima de las restantes.

6 La problemática de la constitución de la oración, es decir, la definición de lo que sería una 'oración completa' no es el objeto de este artículo. Solo sea dicho de paso que en la lingüística impera el consenso de no definir una oración mediante los signos de puntuación, es decir, mediante el punto al final de la oración. Tampoco es esto necesario llegado este punto, ya que la intención de Benet no es exponer ninguna teoría sintáctica, sino lograr con su estilo, tal como es frecuente en la literatura, efectos concretos.

7 Bien es cierto que los paréntesis parecen incorporarse de forma hipotáctica a la matriz de una oración, sin embargo gozan de un estatus absoluto, dado que lo allí expresado no forma parte del proceso de selección del verbo. Además parecen adoptar en la estructura oracional una posición especial fuera de la matriz.

8 Las subjunciones se hayan subrayadas.

9 Expongamos brevemente lo que entendemos por relaciones combinatorias. En la sintaxis se trata, dicho sin ningún rigor, del estado en orden del paradigma vocabulario. Para obtener un sintagma se crean nexos que observan reglas concretas. Estas reglas pueden explicarse a partir de las relaciones combinatorias. La red de nexos sintácticos se puede observar desde diferentes perspectivas de selección: en este artículo nos interesa la de los verbos. La razón para su uso es que las relaciones combinatorias, centradas en el verbo, cubren un mayor espectro que, por ejemplo, el análisis de las estructuras nominales. Las relaciones combinatorias son los nexos del verbo con las partes de la oración. Un verbo, dependiendo del tipo que sea, requiere una determinada estructura modelo, por ejemplo, sujeto, complemento directo, complemento indirecto u otros complementos. La estructura de la frase, pues, se puede describir a partir de las estructuras que requiere el verbo. Por consiguiente, una frase se considera completa si se han cumplido todas las combinaciones verbales exigidas.

10 Debido a la extensión reducida de este artículo no se analizarán los verbos auxiliares. De todas formas, dicho sea de paso, no se observa aquí tampoco ninguna anomalía en la selección.

11 La frase solo se puede añadir de forma hipotáctica al resto de la oración si existe algún tipo de relación selectiva que haga de la parte de la oración una frase en dependencia.

12 Wasmuth trata en su artículo la polifonía en HL. Su estudio apoya nuestra interpretación acerca de las diferentes perspectivas personales ofrecidas por el narrador.