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Alberto Zuluaga (Tübingen)



Eugenio Coseriu (1921–2002)



Eugenio Coseriu ha sido, sin lugar a dudas, el más genial, influyente y reconocido lingüista europeo de la segunda mitad del siglo XX. De ello han dado testimonio fehaciente no sólo algunas de las numerosas notas necrológicas y ensayos divulgados con motivo de su muerte1, sino también más de cuarenta doctorados honoris causa y otras incontables distinciones académicas que le fueron otorgadas en diversos lugares del mundo, sobre todo en Europa y en Latinoamérica.

En Coseriu se conjugaron de manera insólita el filósofo, el teórico del lenguaje, el epistemólogo, el lingüista y el filólogo con el prodigioso conocedor cabal de unos veinte idiomas en sus formas hablada y escrita. Dejó publicados cerca de 380 trabajos científicos (preferentemente artículos) en español, alemán, francés, rumano, italiano y portugués. Sus pocas publicaciones en inglés explican, en gran medida, su escasa influencia en el mundo científico anglosajón. Queda de él, además, una numerosa obra manuscrita de la cual se viene ocupando la Universidad de Tubinga con efectivo auspicio especial de la Deutsche Forschungsgemeinschaft (Asociación Alemana para la Investigación Científica). Algunas de sus obras (p. ej., Sincronía, diacronía e historia (1958); los estudios compilados en Teoría del lenguaje y lingüística general (1962) (especialmente "Sistema, norma y habla" y "Determinación y entorno"); "Los universales del lenguaje (y los otros)"; "Estudio funcional del vocabulario (Compendio de lexemática)" [estos dos últimos en Coseriu 1978: Gramática, semántica, universales, Madrid, Gredos] y Textlinguistik. Eine Einführung (1980) son, en mi sentir, lo más lúcido, coherente y esclarecedor que, al respecto, hasta hoy se ha publicado en América y Europa.

Dejó también Coseriu, formados por él con toda severidad científica, numerosos alumnos (investigadores y profesores) de Japón, de Europa Oriental y Occidental, y de Latinoamérica. La mayoría de ellos son personalidades muy destacadas o en filosofía del lenguaje o en sociolingüística y dialectología o en lingüística histórica o en lógica o en semántica y lexicología o en fraseología o en lingüística de texto y traductología. Algunos, en sus especializaciones respectivas, ya van más allá de los lineamientos y enseñanzas fundamentales del maestro, sin dejar de mostrar siempre su profunda impronta positiva. Los principios pedagógicos de Coseriu deben mencionarse aquí, aunque sea en forma sumaria2: (1) Corresponder a los intereses e inclinaciones de cada alumno. (2) Formar especialistas no limitados a su especialidad. La lengua alemana dispone para este contexto de una expresión sencilla y descriptiva, "(keine) Fachidioten" [= 'idiotas especialistas']. Y (3) un principio fundamental de su concepción del trabajo científico: Nada de teoría sin hechos concretos y nada de hechos concretos sin teoría.




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Este principio coseriano, uno de los que mejor caracteriza los trabajos suyos y los de sus alumnos, lo comenta Willens (2002) de este modo: 'Como su modelo, Wilhelm von Humboldt, Coseriu representó una síntesis de empirismo idiomático, coherencia filosófica y fundamentación epistemológica', y Trabant (2002), al respecto, habla de 'enlace (Vermählung) de la filosofía con la filología; la cual, como amor al lenguaje, recobró brillantez, amplitud y profundidad', y Aschenberg (2002), 'un lingüista que suele integrar análisis empíricos detallados en una teoría del lenguaje amplia y esclarecedora'. Pero citémoslo a él mismo: en su nota preliminar a Coseriu 1978 dice, entre otras cosas:

"Se trata, en todos los casos, de estudios de teoría (y metodología) lingüística, lo cual, a mi modo de ver, no excluye sino que implica la consideración e interpretación de hechos lingüísticos concretos. En efecto, la teoría efectivamente tal no es, como a veces se piensa (y se dice), construcción 'in abstracto' de modelos arbitrarios. [...] La teoría, en su sentido primario y genuino, es aprehensión de lo universal en lo concreto, en los 'hechos' mismos. No hay, por consiguiente, ni distancia ni conflicto entre hechos (o investigación empírica) y teoría, sino que la investigación empírica y la teoría son dos formas complementarias de la misma actividad".

Aquí es bueno observar que Coseriu renovó los estudios del lenguaje en Alemania. Mejor dicho, sacó la filología alemana del aislamiento y atraso debidos a la guerra, trayéndole el estructuralismo en sus diversas corrientes (junto con una crítica pertinente al mismo, v. Trabant 2003). Desde luego, él no fue, en absoluto, un mero estructuralista; solía indicar que el método estructural se revela como adecuado sólo en el estudio del sistema, y éste es apenas un componente del hablar. En el hablar intervienen, además, otros factores, como el conocimiento de las cosas, los entornos, el metalenguaje, el discurso repetido y los gestos.

Coseriu llamó "integral" a la lingüística que él mismo preconizaba (Cf. Die Sachen sagen, 157 ss.). Se trata, propiamente, de tres disciplinas bien diferenciadas:

  1. Lingüística del hablar en general y del empleo de la lengua, cuyos fundamentos esbozó especialmente en su estudio Determinación y entorno.
  2. Lingüística de los sistemas funcionales homogéneos y lingüística de la variación (dialectal, sociocultural y estilística).
  3. Lingüística del texto, que entendió como hermenéutica, interpretación de las relaciones del signo en el texto, presentada en su obra ya clásica Textlinguistik. Eine Einführung. 3

La dialectología, la sociolingüística y la estilística de la lengua quedan incluidas, como lingüística de la variación, en la lingüística de la arquitectura de la lengua histórica. Coseriu presentó o, al menos, señaló, algunas ramas de aplicación de su lingüística integral: teoría de la traducción, teoría de la política lingüística y teoría del aprendizaje de lenguas.

Coseriu define la lengua como un sistema de procedimientos, de modos de hacer, como una técnica no cerrada y terminada sino abierta, dinámica (en esto la diferencia de los códigos); es un sistema que se define por oposiciones y que funciona y se constituye (y cambia) en el hablar.




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El hablar es, pues, el punto de partida de la ciencia del lenguaje y es, ante todo, una actividad creativa. (La norma lingüística social, el sistema funcional y el tipo lingüístico representan diferentes niveles de abstracción y de gramaticalidad). Por ello solía decir Coseriu, rememorando a Humboldt y a Croce: 'no se aprende, simplemente, un idioma; se aprende a ser creativo en ese idioma, es decir, a superar lo materialmente aprendido; uno domina efectivamente un idioma cuando está en condiciones de crear con él algo nuevo, de decir o entender en él algo nunca dicho antes. También el entender es creativo'. La lengua no es un sistema estático, terminado, no es algo hecho y dado de una vez por todas; es realidad que funciona cambiando y cambia al funcionar. Sincronía y diacronía no son dos propiedades cronológicas reales sino dos perspectivas, funcionamiento y desarrollo, dadas en la realidad del hablar. El cambio es, en su esencia, modalidad del funcionamiento.

El saber lingüístico es, pues, un saber técnico, interindividual (social), tradicional (histórico) y, esencialmente, intuitivo. La tarea del lingüista consiste, básicamente, en transformar ese conocimiento primario, intuitivo, en un saber racionalmente reconocido, explicado y fundamentado. Este es el principio científico básico de Coseriu, válido, según él, no sólo para la lingüística sino también para las ciencias de la cultura en general ("Es geht also bei den Kulturwissenschaften, [...], darum, das Bekannte zum Erkannten zu machen, zu begründen, zu erklären", Die Sachen sagen, 177). Por esto "no hay ni distancia ni conflicto entre lo que sabe el hablante y lo que sabe [debe saber] el lingüista. La diferencia es de nivel cognoscitivo. En la lingüística (descriptiva y teórica), [...] se trata de trasladar al plano de la reflexividad – [...] – aquello que se sabe ya de manera intuitiva: de transformar lo "conocido" en algo racionalmente "re conocido", o sea, para decirlo con palabras de Leibniz, en conocimiento distinto y adecuado" (Coseriu 1978: 11).

Los otros principios de su trabajo científico los explicó en repetidas ocasiones (también en Die Sachen sagen): el de objetividad, formulado por Platón en Sophistes "decir las cosas tal como ellas son". Es un principio ético, válido para todas las ciencias; su cumplimiento no se logra nunca totalmente, pues la interpretación ocurre siempre en una determinada situación histórica, es hecha por alguien que presenta determinadas condiciones previas. Un tercer principio científico coseriano se refiere a la actitud respecto a la tradición: se trata de la concepción del propio trabajo como continuidad y renovación de tradiciones. Su cuarto principio científico, lo califica Coseriu de antidogmatismo, es lo mismo que el anterior, pero referido al presente: reconocimiento y valoración de otras posiciones científicas coetáneas. La expresión "alcances y límites de …" o "Leistung und Grenzen der …" parece haber sido su lema, al ocuparse de las contribuciones de otros autores antepasados o contemporáneos. A veces, dicha expresión aparece como título de un capítulo o de un libro (por ej., "Alcances y límites del mecanicismo lingüístico", en Forma y sustancia en los sonidos del lenguaje; o Leistung und Grenzen der Transformationellen Grammatik (1975), Tübingen, Narr; "Leistung und Grenzen der kontrastiven Grammatik", en: Probleme der kontrastiven Grammatik, Hg. Hugo Moser (1970), Düsseldorf, Schwann). (Traducción al español: "Alcances y límites de la gramática contrastiva", en Coseriu 1978).




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El reconocer, controvertir, evaluar, caracterizar otros aportes, tradicionales o contemporáneos, son componentes importantes de toda su obra. Los realiza desde una coherente concepción propia. Por esto nos parece acertado afirmar que Coseriu obtuviera su verdad filtrando la tradición4. O, también, se puede sostener que ésta adquiere valor y actualidad en la discusión coseriana. Su quinto principio se refiere a la ética del científico como ciudadano: es el principio de la responsabilidad social (v. Die Sachen sagen, 181), de la aplicación práctica de la ciencia. También la aplicación práctica debe justificarse mediante una teoría sólida (Véase, p. ej., su estudio sobre traductología "Lo erróneo y lo acertado en la teoría de la traducción", en: Coseriu 1977a).

Otro rasgo positivo especial de esta personalidad científica – no explicitado por él mismo – requiere mención aparte: la sistematización. "Er verfügte über eine enorme systematisierende Kraft"5. Coseriu poseía una luminosa capacidad de sistematización, con la que acendraba definitivamente la eficacia de su docencia. El calificativo 'océano de conocimientos' con que ha sido apostrofado en Alemania el fenómeno Coseriu debería, pues, especificarse: 'océano de conocimientos sistematizados'.

Los principios pedagógicos y científicos formulados por Coseriu mismo, no constituyen, propiamente un cuerpo de doctrina presentado en forma sistemática (esto lo ha anotado Aschenberg 2002), pero caracterizan su obra6 desde sus primeros años en Montevideo. Véase, p. ej., además de los trabajos compilados en el ya citado tomo Teoría del lenguaje y lingüística general, su poco citado artículo "Sobre el futuro romance" (Coseriu 1957). Allí Coseriu: (1) hace una proficua evaluación de las explicaciones (las morfológicas y las semántico-estilísticas) presentadas hasta ese momento por Vossler, v. Wartburg, Spitzer, Meyer-Lübke y muchos otros más. Luego (2) aplica esclarecedoramente la doctrina filosófica de la copresencia existencial del tiempo interiormente vivido (Carabellese, Heidegger) 7 para explicar "la duplicidad" del futuro [modal yusivo, he de recordar o aspectivo inceptivo-inminente, voy a ir; y meramente 'temporal' recordaré, iré], la 'inestabilidad general de las formas (no de la categoría) de futuro', así como 'la periódica renovación de dichas formas'. Y (3), finalmente, para explicar la renovación del futuro latino en un determinado momento histórico, aduce Coseriu la aparición del cristianismo, "un movimento espiritual que, entre otras cosas, despertaba y acentuaba el sentido de la existencia y le imprimía una genuina orientación ética". Es decir, según Coseriu, la renovación del futuro latino debe incluirse entre los cambios lingüísticos motivados por las nuevas necesidades expresivas suscitadas por el cristianismo.

Por supuesto, no todo en la extraordinaria obra coseriana me parece perfectamente aceptable. A manera de ilustración, quisiera indicar en seguida tres o cuatro detalles que considero, entre otros, muy controvertibles o bastante problemáticos:

  1. En ocasiones abunda en distinciones teóricas y metodológicas más sutiles que profundas y orientadoras, por ejemplo, en su registro de entornos del hablar (v. Determinación y entorno, loc. cit.), la distinción entre zona, ambiente y ámbito, a partir de la cual cae en una discusión de detalle en que parecen confundirse ámbito y ambiente, y que termina por despistar cuando habla de "ámbitos ambientales". Su clasificación de los entornos no me parece completamente coherente8, porque, además del contexto idiomático ("la lengua misma"), enumera entornos verbales ("el discurso mismo") y extraverbales ("todas las circunstancias no lingüísticas"); y, sin embargo, presenta por separado "la situación", "la región" y "el universo del discurso" como clases de entornos diferentes tanto de los contextos verbales como de los extraverbales. No vemos, por ejemplo, ninguna diferencia clara y lógica entre "situación", por una parte, y contextos "empírico" y "práctico u ocasional", por la otra; en realidad, hechos mencionados como constitutivos del contexto práctico u ocasional, "el acontecer el discurso en la calle, en una clase, [...] de día o de noche [...]" (Coseriu 1962: 316), pueden entenderse como constitutivos de la situación o del llamado contexto empírico.




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  2. En su formulación (reformulación) de la distinción "combinaciones libres" / "combinaciones fijas", Coseriu define, en repetidas ocasiones9 y sin mayores precisiones, la técnica del discurso por oposición a las combinaciones fijas, que él llama "discurso repetido". Pero, las combinaciones fijas pueden, a su vez, emplearse en el hablar, como componentes de combinaciones libres más extensas; ello quiere decir, por lo tanto, que las unidades de discurso repetido son también elementos de la técnica del discurso. Ésta no debiera, pues, definirse, simplemente, en oposición y, menos, con exclusión de las combinaciones fijas o unidades fraseológicas, como decimos hoy.

  3. En sus artículos "Sobre las categorías verbales" y "El estudio funcional del vocabulario", Coseriu les niega, expresamente, a las preposiciones significado léxico (= el contenido ideal representado por la palabra y que posibilita, en el hablar, la referencia a la realidad), las considera meras formas10, instrumentos gramaticales. Muy bien, pero en su análisis de con – en "Semántica, Forma interior del lenguaje y estructura profunda" en el mismo tomo, Coseriu 1978 – (el pastel está hecho con harina – utilizando la materia x, corto el pan con el cuchillo – por medio del instrumento x, paseo con un amigo – en compañía de x, paseo con alegría – experimentando el sentimiento x) le asigna a esa preposición el contenido léxico 'presencia' formulado de la siguiente manera: "y x está presente", "estando presente x". Con lo cual, el maestro parece contradecir su propia doctrina11.

  4. Finalmente quisiera indicar un aspecto explicable, quizás, por el origen de muchas (la mayor parte) de sus publicaciones (éstas fueron dictadas directamente por el autor a un alumno asistente o ayudante, o surgieron de notas tomadas por alguno de éstos durante las clases): de vez en cuando el lector crítico tropieza con formulaciones que causan extrañeza por lo impropias. Por ejemplo, en Coseriu (1980: 127), se lee: "Ich glaube behaupten zu dürfen, dass der Don Quijote ein Gedicht über die Freiheit ist, dass die Freiheit das eigentliche Thema dieses Romans darstellt" ('Creo poder sostener que El Quijote es un gran poema a la libertad, que la libertad es el verdadero tema de esa novela') 12. Esto, dicho así, produce la poco grata impresión de que el autor se ufana (y aun pavonea) de lo que es mera reformulación de una idea explicitada y documentada por otros estudiosos cervantistas muchos años antes. Por ejemplo, en 1948, y con indicación expresa de retomar una observación de A. Castro, L. Spitzer interpreta lo que él mismo llama "perspectivismo lingüístico" – polionomasia, polietimología y poliglotismo – (del que, precisamente, se ocupa Coseriu en el mencionado contexto, citando a Spitzer) y otros procedimientos, como diversos juegos de palabras, desautomatización de enunciados formulísticos y la ironía en El Quijote, como afirmación de la libertad, sobre todo de la libertad artística. Spitzer llega a decir: "It is a historical miracle that, in the Spain of the Counter-Reformation, when the trend was toward the reestablishment of authoritarian discipline, an artist should have arisen who, thirty-two years before Descartes's Discours de la méthode [...] was to give us a narrative which is simply one exaltation of the independent mind of man – and of a particularly powerful type of man: of the artist," [...] "All the explanations [de la primera frase de la novela: "En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme"] [...] fail to take into sufficient consideration the functional value, for the novel, of the attitude of the author expressed therein – which, in my opinion, is the glorification of the freedom of the artist"13.




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El lector de estas líneas, después de columbrar la grandeza científica excepcional de Eugenio Coseriu, se preguntará, con justificada curiosidad, cómo sería esta persona. En la mencionada biografía Die Sachen sagen se puede encontrar amplia respuesta, bástennos aquí las siguientes observaciones. Pasó, obsesionado por el trabajo científico, estudiando, escribiendo, enseñando casi cada día y cada noche de su vida. Para ello, desde muy joven, se habituó a dormir solamente unas escasas dos o tres horas al día. Era un excelente contador y escucha de buenos chistes, de todos los colores; podía reír sin inhibiciones. Pero la infancia y la adolescencia con carencias extremas en Rumania, un pequeño país ocupado en aquella época14, del que tuvo que huir desplazado y fugitivo, le dejaron huellas indelebles ; fue un hombre de un dominio invencible (parecía no haberse hecho nunca concesiones), muy cuidadoso en los gastos, salvo cuando se trataba de adquirir libros; excéptico o desconfiado hacia el resto del mundo, pero ávido de reconocimientos y de lealtades. Áspero y autoritario15, y de fobias y temores impávidos iba siempre directamente al grano en todo y con todos. Pero con los alumnos que lo entendían y lo buscaban y consultaban y lo aprovechaban con seriedad, Coseriu fue acogedor y generoso y, a veces, muy jovial, a la manera popular latinoamericana.

Uruguay, la llamada Suiza de América en la década de los cincuenta del siglo pasado, se lo llevó de Italia, lo nombró profesor, le facilitó condiciones y presupuesto para centrarse en la lingüística, le otorgó pasaporte y nacionalidad, y aun le concedió los primeros grandes reconocimientos merecidos. En la segunda página de Coseriu (1977b): Estudios de lingüística románica leemos: "Dedico este libro a la República Oriental del Uruguay".

No le conocí compromiso político coherente. A los 19 años abandonó su país de origen que se le tornó extraño, y, después, dondequiera que vivió, siempre se sintió extranjero (Cf. Die Sachen sagen, 27–28) y sin derecho a voto, con la excepción de unos cuantos años en Uruguay. Nolens volens Coseriu fue o 'un hombre sin patria' o 'un ciudadano del mundo'. Se dejó homenajear públicamente en países con regímenes tan represivos y tan desvergonzados, como la Rumania de Ceauescu, o tan autoritarios y de orígenes tan sanguinarios, como la España de Franco, o tan democráticos y libres, como la Alemania Federal y la España de González. Un libro suyo, Lezioni di Linguistica Generale (1973), lo dedicó Don Eugenio a tres lingüistas: un fascista, un comunista y un liberal demócrata.

Entre 1940 y 1951 Coseriu realizó la mayor parte de sus estudios universitarios en Italia; en Roma se doctoró en filologías eslávica y románica, y, en Milán, en filosofía. En esa década se ganó la vida en diferentes oficios, sobre todo en el periodismo. Desde 1963 hasta su jubilación en 1989 regentó la cátedra de lingüística general y las de filologías románicas en la Universidad de Tubinga. Desde aquí, en el tiempo libre de clases ("Vorlesungsfreie Zeit"), más o menos la mitad del año, viajó casi sin sosiego por Europa y por América Latina, dictando cursos y conferencias.




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Los últimos años de su vida constituyeron una lección sobre "la condición humana": Coseriu cosechó abundantemente los frutos de una vida dedicada, por encima de todo lo demás, al éxito científico; no alcanzó a recibir personalmente todos los numerosos homenajes que se le ofrecieron; sin embargo, fue abrumador el final de su vida "de pocos amigos". Ya en sus aciagos últimos meses, abatido por el abandono y por el sufrimiento de una implacable enfermedad terminal, fueron sólo unos cuantos de los alumnos más cercanos y el cura cróata de su parroquia quienes le brindaron, de vez en cuando, ratos de compañía y conversación. Sus palabras de despedida a un colega francés revelan el drama final: "Personne ne peût plus rien pour moi, seule l'amitié peût encore m'aider".

Nosotros, en nombre del Instituto Caro y Cuervo y del nuestro, dejamos constancia de profundo reconocimiento para con su obra científica, creativa y renovadora. Y confiamos en que la posteridad siga beneficiándose de este enorme e invaluable legado.



Bibliografía

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Coseriu, Eugenio (1957): "Sobre el futuro romance", en: Revista Brasileira de Filologia III, 1. [Recogido en Coseriu 1977b]

Coseriu, Eugenio (1958): Sincronía, diacronía e historia. Montevideo [1973 segunda edición revisada y corregida, Madrid, Gredos]

Coseriu, Eugenio (1962): Teoría del lenguaje y lingüística general. Cinco estudios. Madrid, Gredos.

Coseriu, Eugenio (1966): "Structure lexicale et enseignement du vocabulaire", en: Actes du premier colloque international de linguistique appliquée. Nancy, 175–217.

Coseriu, Eugenio (1973): Lezioni di Linguistica Generale. Torino, Editore Boringhieri.

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Coseriu, Eugenio (1977a): El hombre y su lenguaje. Madrid, Gredos.

Coseriu, Eugenio (1977b): Estudios de lingüística románica. Madrid, Gredos.

Coseriu, Eugenio (1978): Gramática, semántica, universales. Madrid, Gredos.

Coseriu, Eugenio (1980): Textlinguistik. Eine Einführung. Tübingen, Narr.




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Knörr, Henrike (2002): Llanto por Eugenio Coseriu. (Manuscrito).

Meisterfeld, Reinhard (2003): "El principio de la tradición. Eugenio Coseriu y la historiografía lingüística", in: Odisea 3, 155–166.

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Zuluaga, Alberto (1980): Introducción al estudio de las expresiones fijas. Frankfurt, Bern, Peter Lang.



Notas

1 V., por ej.: Trabant 2002, 2003 (m.); Willens 2002 (m.); Weber 2002; Knörr 2002 (m.); Gauger 2002. Además, Aschenberg, en: Murguía 2002: 11–32 y Durafour, en: Murguía 2002: 33–70.

2 Véase Kabatek / Murguía 1997. Se trata de una interesante biografía dictada por él mismo. La citaré, en adelante, así: Die Sachen sagen. Véase, además, Aschenberg 2002.

3 No disponemos, todavía, de traducción al español.

4 "'Coseriu gewinnt Wahrheit großenteils durch Filtern der Tradition', schreibt Christian Lehmann und damit hat er vollkommen recht" (Aschenberg 2002: 20). En todo caso "el interés historiográfico de Coseriu no está guidado por simple curiosidad anecdotica, sino por su concepción epistemológica de los objetos culturales: que son identificables con su esencia histórica" (v. Meisterfeld 2003).

5 Lo ha observado expresamente Gauger (2002), quien titula su correspondiente breve nota necrológica "Systematiker".




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6 Y, lo que me parece también digno de señalarse, la de la mayoría de sus alumnos.

7 Coseriu solía enseñar que el fundamento profundo de la ciencia del lenguaje se encuentra en la filosofía del lenguaje. ("vielleicht war der eigentliche Erfolg der Coseriuschen Sprachphilosophie, daß sie die Philosophie wieder mit der Linguistik verbunden hat nachdem diese anderthalb Jahrhunderte lang nichts mehr miteinander zu tun haben wollten", nos dice un reputado lingüista y filósofo del lenguaje en la Alemania actual, Trabant (2003)).

8 Para una crítica detallada de la teoría de los entornos, véase Zuluaga 1980: 167–169.

9 Véase, al menos, Coseriu 1966: 175–217.

10 "[...] desde el punto de vista de los dos tipos de significado [léxico y categorial] que aquí se consideran, existen palabras que sólo pueden ser F [formas], (pero tienen "significado instrumental", como los artículos y las preposiciones; u otros valores como las interjecciones), [...]" (Coseriu 1978: 60). "[...], puesto que hay palabras que no tienen significado léxico ("categoremas", "instrumentos"), no todo lo que es palabra pertenece al vocabulario en cuanto objeto de la lexemática" (Coseriu 1978: 209).

11 Desde luego, no voy a entrar a discutir aquí el problema del tipo o de los tipos de significado de las preposiciones ni el del principio coseriano de tratar de darle expresión muy abstracta un significado básico, unitario, que pueda cobijar todas las diferentes acepciones.

12 Traducción mía (A. Z.). No sobra anotar aquí, además, que estamos acostumbrados a decir El Quijote, para referirnos a la novela, y Don Quijote para referirnos al personaje.

13 Spitzer 1988: 264, 265. Véase, además: "the hero is Cervantes, the artist himself, who combines a critical and illusionistic art according to his free will" (265); "By the deliberate assertion of his free will [...], (265); "The artistic freedom conquered by Cervantes, [...] In the predicament indicated by [...] "o lo que quisieras que sea", the artist has asserted his own free will"; "Now, from what has been said it would appear that the artist Cervantes uses linguistic perspectivism only in order to assert his own creative freedom; and [...]" (254).

14 De Rumania se ha dicho que 'tiene siete vecinos y, de entre ellos, un único amigo: el Mar Negro'. Y que es 'una isla latina en un mar eslavo'.

15 Curiosamente, él mismo llegó a decir de algún colega suyo: "er war doch ein wenig [...] tyrannisch eingestellt" (Cf. Die Sachen sagen, 96).